Es el tiburón y el pez más grande en el mar, y deambula en aguas cálidas alrededor del planeta con su enorme boca abierta en busca de alimento.
Sin embargo, a pesar de su enorme tamaño, el tiburón ballena sólo tiene unos dientes pequeños, casi inservibles, y a veces es tan dócil que numerosas personas pueden nadar al lado de esta bestia enigmática de piel moteada. Es una de las criaturas marinas de las que se tiene menos conocimiento.
En un intento para resolver algunos de los enigmas más perdurables, un grupo de científicos buceó varias semanas con tiburones ballena durante el verano y el otoño en aguas de las islas Galápagos. Los investigadores aplicaron técnicas sin precedente con la especie en su hábitat: tomaron muestras de sangre e hicieron exámenes de ultrasonido, todo mientras los especímenes se desplazaban bajo el agua.
He aquí lo que se sabe sobre estas grandes criaturas marinas y lo que los científicos intentan encontrar:
¿Ballena o Tiburón?
Aunque tienen un tamaño comparable al de las ballenas, en realidad son tiburones. Típicamente alcanzan una longitud mayor a la de un autobús de dos pisos: entre 6 y 16 metros (entre 20 y 52 pies) y un peso de más de 20 toneladas. Sin embargo, como filtran su alimento, los enormes tiburones ballena solo son peligrosos para el plancton, huevos de peces y peces pequeños.
Estos gigantes amables no son particularmente veloces en comparación con otros tiburones, pero con un solo movimiento fuerte de su cola se impulsan más rápido que cualquier persona nadando. Tienen cabezas anchas y planas, y todo su cuerpo de color azul oscuro está cubierto de manchas que le sirven de camuflaje bajo el mar.
Debido a los años de pesca excesiva, el tiburón ballena es una especie en peligro de extinción.
Lugares de reunión
Los tiburones ballena prefieren las aguas cálidas y a menudo se les encuentra alimentándose en mares de diversas partes del mundo, frente a Australia, Filipinas, México e incluso donde hay yacimientos de hidrocarburos frente a las costas de Catar.
Cientos de tiburones ballena –principalmente machos jóvenes– se congregan en estas zonas en ciertas épocas para alimentarse de grandes cantidades de huevos de peces; se desconoce dónde se alimentan las hembras adultas.
La inmensidad del océano por lo general vuelve difícil encontrar a criaturas tímidas como estas: Jacques Cousteau solo vio dos durante sus décadas de exploración marina.
Los biólogos marinos se han dado a la tarea de marcar con etiquetas a los tiburones ballena en los últimos años para seguir sus desplazamientos. Otros intentan responder interrogantes sobre su vida y ciclos reproductivos. Solamente una hembra embarazada fue encontrada frente a la costa de Taiwán con 300 embriones en su interior, todos en distintas etapas de desarrollo.
“Las preguntas del millón de dólares son dónde se aparean, dónde cazan y dónde viven de jóvenes”, dijo Jonathan Green, director del Proyecto Tiburón Ballena de Galápagos.
Se inició una base de datos internacional para identificar tantos tiburones ballena como sea posible mediante el patrón distintivo de sus manchas; cada tiburón tiene una configuración única de sus manchas equivalente a una huella digital. Más de 8,000 tiburones han sido etiquetados a la fecha. Como los científicos solo pueden costearse algunas semanas cada año en las Galápagos, dependen de las fotos tomadas por los buzos visitantes para determinar qué están haciendo los tiburones ballena. A la fecha, ninguno de los especímenes observados en las Galápagos fue avistado en otra parte.
Los investigadores en Estados Unidos y Japón también trabajan para secuenciar el genoma del tiburón ballena.
Inmersiones en Las Galápagos
Las Islas Galápagos se cuentan entre los pocos lugares en el mundo donde probablemente se ve con regularidad a las hembras embarazadas del tiburón ballena. Más de 99 por ciento de estas criaturas identificadas en el archipiélago volcánico son hembras y muchas tienen el abdomen crecido, lo que sugiere que están cargadas.
Algunos científicos creen que las hembras embarazadas cruzan las Galápagos quizá a profundidades extremas cerca de la isla ubicada más al norte o del océano abierto cerca del ecuador para parir. Cada lugar posiblemente garantiza la seguridad de las crías frente a los depredadores hasta que tienen el tamaño suficiente para sobrevivir solas.
Sin embargo, otra teoría deja entrever que las hembras podrían parir cerca de Perú, debido a que dos tiburones ballena recién nacidos fueron encontrados hace poco en pescaderías locales.
Debido a las dificultades para efectuar exámenes médicos a tiburones ballena que nadan libremente, los investigadores solo obtuvieron dos muestras de sangre, a las que no se han hecho pruebas todavía. Los exámenes de ultrasonido no fueron concluyentes, y Green afirmó que es necesario contar con máquinas de mayor potencia. La mayoría de las máquinas de ultrasonido utilizadas en animales funcionan para paredes abdominales de 2,5 a 5 centímetros (1 a 2 pulgadas) de grosor, pero la de un tiburón ballena tiene 20,3 centímetros (8 pulgadas).
“Cuando empezamos a estudiar por primera vez a estos enormes animales, nadie sabía cómo hacerlo”, señaló Green. “Ahora que tenemos mejor tecnología y más experiencia, esperamos tener capacidad para responder pronto algunas de las interrogantes fundamentales”.
Además de las pruebas sanguíneas y de ultrasonido, los científicos han logrado marcar eficazmente con etiquetas a siete tiburones. Aunque el número no es grande, es importante porque se rastrea a muy pocos de ellos. La presión de las aguas profundas pueden causar que las etiquetas se desprendan si el ejemplar se sumerge a más de 2,000 metros (6,551 pies), lo que sucede a menudo sin va a recorrer grandes distancias o si posiblemente va a parir. Sin embargo, cualquier información migratoria que los científicos reúnan cuando los tiburones permanecen a profundidades bajas puede contribuir a elaborar un panorama del ciclo de vida de los tiburones.
Green y sus colegas tienen previsto efectuar más expediciones este año a las Galápagos para continuar sus investigaciones, incluidas la toma de más muestras de sangre y colocación de etiquetas para rastreo por satélite.
“Cuando se tienen tan pocos puntos de información, cada uno de los tiburones es importante”, dijo Robert Hueter, director del Centro para la Investigación del Tiburón en el Laboratorio Marino Mote en Florida, que no participó en la investigación en las Galápagos. “No se trata de carpas doradas de las que se pueden obtener muestras de centenares de ellas a la vez”.
¿Por qué es importante?
En los últimos 75 años, la vasta mayoría de tiburones ballena han sido cazados por la gente para alimentarse y su número va en descenso, dijo Simon Pierce, científico en jefe de la Fundación de la Megafauna Marina.
Algunos biólogos están preocupados de que el cambio climático pudiera perjudicar a los tiburones al reducirles sus reservas de alimento: la elevación de la temperatura en los océanos podría significar menos plancton.
“Si adoptamos las medidas necesarias para conservar los tiburones ballena, estaremos conservando al mismo océano”, afirmó Simon Thorrold, del Instituto Oceanográfico Woods Hole en Massachusetts.
Para Green, que dirige el proyecto Galápagos, estas criaturas tienen un contexto más personal para él.
“Incluso después de años de bucear con tiburones ballena, todavía se me eriza la piel cada vez que veo esa enorme sombra azul en el agua. Es una experiencia increíblemente emocional”, apuntó.
AP / OnCuba
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