Getting your Trinity Audio player ready...
|
La tensión comercial entre Estados Unidos y China volvió a escalar en los últimos días luego de que Pekín advirtiera que tomará “medidas firmes” en respuesta a la nueva amenaza de Donald Trump de imponer aranceles del 100 % sobre los productos chinos.
“Si Estados Unidos insiste en actuar unilateralmente, China tomará con firmeza las medidas correspondientes para salvaguardar sus legítimos derechos e intereses”, declaró un portavoz del Ministerio de Comercio, según reportes de prensa.
“Nuestra posición respecto a una guerra arancelaria es clara: no la queremos, pero no le tememos”, apuntó el vocero.
En esa misma cuerda, este martes el propio Ministerio de Comercio aseguró que Pekín “peleará hasta el final” si Washington insiste en imponer nuevos aranceles y restricciones comerciales.
No obstante, no cerró la puerta a un posible diálogo para resolver las diferencias.
“Si quieren pelear, pelearemos hasta el final; si quieren hablar, la puerta está abierta”, refirió un comunicado de la entidad china, citado por la agencia EFE.
El Ministerio de Comercio de China advierte a Estados Unidos de que Pekín “peleará hasta el final” si Washington insiste en imponer nuevos aranceles y restricciones comerciales.https://t.co/7l1F4eRJT6
— EFE Noticias (@EFEnoticias) October 14, 2025
Días de tensión
Las declaraciones se producen días después de que China anunciara nuevas restricciones a la exportación de minerales de tierras raras, insumos esenciales para la industria tecnológica y militar.
La medida, que amplía los controles sobre los materiales y las tecnologías asociadas, fue calificada por Pekín como una “acción legítima” para proteger su seguridad nacional, refirió CNN.
Washington, en cambio, consideró la decisión “extremadamente hostil” y una “vergüenza moral”, en palabras del propio Trump, quien afirmó que “China ha vuelto a engañar al mundo” con la medida.
Este martes, el Ministerio de Comercio chino dijo que notificó previamente a Estados Unidos sobre esas medidas y acusó a Washington de haber “introducido una serie de restricciones discriminatorias” desde la última ronda de negociaciones celebrada en septiembre en Madrid, de acuerdo con EFE.
El intercambio de acusaciones ha sacudido los mercados globales y puesto en duda la esperada reunión entre Trump y Xi Jinping, prevista dentro de dos semanas en Corea del Sur.
El propio mandatario estadounidense dijo que el encuentro no tenía sentido a la luz de las actuales circunstancias, aunque no cerró la posibilidad de que las diferencias puedan resolverse.
Guerra comercial entre EEUU y China
Analistas advierten que un nuevo ciclo de sanciones y aranceles podría desatar una guerra comercial de gran impacto sobre la economía mundial.
La Administración estadounidense acusa a Beijing de manipular el comercio y de restringir el acceso a materias primas críticas, mientras que China ha criticado durante años a Washington por “abusar del concepto de seguridad nacional” e imponer controles de exportación extraterritoriales que afectan a terceros países.
“El doble rasero es evidente”, sostuvo el Ministerio de Comercio chino, que recordó que la lista de control de exportaciones de EEUU abarca más de 3000 artículos, frente a unos 900 en la lista china.
Trump, por su parte, intentó atenuar la alarma al declarar en el Air Force One que mantiene “una gran relación” con Xi Jinping y que “todo estará bien”.
Pero también dejó abierta la posibilidad de aplicar los nuevos aranceles el 1 de noviembre: “Veamos qué sucede… Falta una eternidad”.
Mientras tanto, las restricciones chinas a las tierras raras —de las que el país asiático controla más del 70 % de la producción mundial— amenazan con golpear a industrias estratégicas de Occidente, desde los fabricantes de semiconductores y vehículos eléctricos hasta las empresas de defensa.
Economistas advierten que un deterioro mayor en las relaciones comerciales entre ambas potencias podría tener efectos duraderos sobre las cadenas globales de suministro, ya tensadas tras años de rivalidad económica y tecnológica.