Un estudio preliminar realizado en la Facultad de Ciencias de la Vida de la Universidad de Pekín y el Instituto Pasteur de Shanghai descubrió que una cepa de coronavirus, tipo L, representaba aproximadamente el 70% de los casos en China, es mucho más agresiva que la otra cepa, tipo S, más leve y fuente de aproximadamente el 30% de las infecciones.
El brote de coronavirus comenzó en Wuhan, China, y desde entonces se ha extendido a docenas de países. Ha afectado a unas 97,000 y matado al menos a 3,305. Los investigadores dijeron que el tipo L era más común en las “primeras etapas del brote en Wuhan”, pero que comenzó a disminuir a principios de enero de 2020.
“La intervención humana puede haber ejercido una presión selectiva más severa sobre el tipo L, que podría ser más agresiva y extenderse más rápidamente. Por otro lado, el tipo S, evolutivamente más antiguo y menos agresivo, podría haber aumentado en frecuencia relativa debido a una presión selectiva relativamente más débil”, dijeron los científicos.
Los investigadores creen que el tipo S es la cepa ancestral y que los hallazgos respaldan firmemente la necesidad urgente de más estudios inmediatos e integrales que combinen datos genómicos, datos epidemiológicos y registros de los síntomas clínicos de pacientes enfermos.
Los genomas estudiados solo se obtuvieron de China. No está claro qué cepas son más comunes en otros países o si ha habido más mutaciones.
Los casos de la enfermedad en los Estados Unidos se han disparado en los últimos días. Hasta hoy jueves por la tarde, había 162 casos confirmados y 11 muertes.