El ministro de Relaciones Exteriores de Holanda anunció el miércoles que su gobierno aprobó la instalación de un centro de acopio de ayuda humanitaria para Venezuela en la isla caribeña de Curazao, mientras el gobierno de Nicolás Maduro rechaza la iniciativa de la oposición.
El canciller Stef Blok dijo en su cuenta de Twitter que el centro de ayuda en Curazao funcionará en “estrecha cooperación” con el jefe de la Asamblea Nacional, Juan Guaidó, que se declaró presidente interno de Venezuela, y Estados Unidos.
The Venezuelan people need humanitarian aid. Therefore, the Netherlands and Curacao have decided to facilitate a humanitarian aid hub in Curacao, in close cooperation with Venezuelan interim-president Guaidó and the United States. https://t.co/q1qTT1DcfC pic.twitter.com/J5TvpMsDjn
— Stef Blok (@ministerBlok) February 13, 2019
En la ciudad colombiana de Cúcuta y la población brasileña de Roraima ya se abrieron dos espacios del estilo y se espera abrir un tercero en los próximos días, adelantó la víspera Guaidó.
La decisión de las autoridades holandesas se da en un momento en el que Maduro enfrenta crecientes presiones de Estados Unidos, sus vecinos y la Unión Europea para que convoque elecciones libres en Venezuela como una salida a la crisis.
Maduro ha rechazado la ayuda humanitaria, a la que considera un “show”, y ha acusado a sus adversarios de utilizarla para impulsar una intervención militar extranjera en el país petrolero. Las autoridades, con el apoyo de los militares, bloquearon la semana pasada un puente fronterizo con Colombia para impedir el paso de la ayuda.
#Cuba denuncia movimientos de fuerzas de operaciones especiales de #EEUU hacia aeropuertos de Puerto Rico, República Dominicana y otras islas del Caribe, sin conocimiento de sus gobiernos. Continúa la preparación de una agresión militar contra #Venezuela con pretexto humanitario. pic.twitter.com/QcZ2M3xw60
— Cancillería de Cuba (@CubaMINREX) February 14, 2019
En Caracas, en tanto, la Asamblea Nacional, controlada por la oposición, aprobó un acuerdo que autorizó a Guaidó a designar los miembros de las directivas de la estatal Petróleos de Venezuela S.A. (PDVSA) y su filial en Estados Unidos.
“Éste es un histórico acuerdo que no sólo protege los activos de Venezuela en el mundo”, sino que procura el rescate de PDVSA en momentos que afronta una serie de dificultades operativas, financieras y legales, dijo Guaidó tras la aprobación del acuerdo.
Citando sus competencias como presidente interino, el líder opositor designó como miembros de una “junta administradora ad hoc” de PDVSA a Simón Antúnez, Gustavo Velásquez, Carlos Balza, David Smolansky y Ricardo Prada. Mientras, como directivos de Citgo, fueron designados Luisa Palacios, Ángel Olmeta, Edgar Rincón, Luis Urdaneta, Andrés Padilla y Rick Esser.
El anuncio se produjo 15 días después que el gobierno de Donald Trump impusiera sanciones a PDVSA como parte de las medidas que buscan aumentar las presiones sobre Maduro para que ceda el poder a la oposición. Las sanciones incluyen una congelación de bienes que la compañía tenga en Estados Unidos y prohibir que los estadounidenses hagan negocio con la petrolera venezolana.
El representante de Guaidó en Washington, Carlos Vecchio, dijo que “la idea es mantener la operación tal como está” y mantener los mismos empleados. Agregó que la medida se adoptó para preservar la empresa y evitar que ese activo sea “saqueado por la dictadura”.
Washington acepta a un exiliado como representante de Venezuela
El reconocido director de orquesta Gustavo Dudamel se sumó a las voces de sus compatriotas y pidió a las fuerzas armadas que permitan el ingreso al país de la ayuda humanitaria. “En momentos de crisis la ayuda y la solidaridad deben ser recibidas”, afirmó en un comunicado en su cuenta de Twitter en el cual planteó que, de bloquearse la ayuda, se estaría “condenando a inocentes”.
Venezuela está sumida en una crisis económica y social que se profundiza diariamente ante el vertiginoso avance de la hiperinflación –que ya superó el millón por ciento–, la severa escasez de bienes básicos y una recesión que se ha extendido por cuatro años.
En su pulseada con el gobierno, Guaidó anunció la víspera durante una concentración en el este de Caracas que la ayuda humanitaria internacional comenzará a ingresar al país el 23 de febrero.
Guaidó llamó a sus seguidores a estar atentos porque de ser necesario se recurrirá a caravanas, movilizaciones o protestas para ingresar las toneladas de alimentos y medicinas donados por Estados Unidos y empresas privadas que se encuentran en Cúcuta.
Asimismo llamó a unos 250,000 voluntarios a participar el fin de semana en asambleas para organizar la entrada y distribución de la ayuda que se espera llevar en una primera fase a cinco grandes hospitales regionales.
“La ayuda humanitaria va a entrar sí o sí a Venezuela”, afirmó el jefe del Congreso, de 35 años.
En una entrevista con el canal europeo Euronews difundida el miércoles, Maduro acusó a Guaidó de buscar provocar un golpe de Estado y criticó la postura asumida por Unión Europea, a la que señaló de plegarse a Washington.
Las autoridades estadounidenses anunciaron que la Agencia Estadounidense de Cooperación Internacional (USAID por sus siglas en inglés), transporta por vía aérea desde Indonesia hacia Colombia un lote de galletas con vitaminas y minerales que serán utilizados para alimentar a 10,000 niños venezolanos en edad escolar.
Al rechazar la iniciativa opositora, la vicepresidenta Delcy Rodríguez dijo que la ayuda proveniente de Estados Unidos está “contaminada y envenenada, es cancerígena”, citando una supuesta noticia divulgada por el diario colombiano La Opinión de Cúcuta. “Podríamos decir que son armas biológicas lo que pretenden con esa ayuda humanitaria”, aseveró.
Por su parte, el canciller venezolano, Jorge Arreaza, viajó a Nueva York para reunirse con el secretario general de Organización de Naciones Unidas, Antonio Guterres. Arreaza dijo a la prensa que pidió a la ONU y al mundo para que promuevan el levantamiento de las sanciones estadounidenses que han congelado los bienes venezolanos e instó a la oposición a dialogar con el gobierno, algo descartado por Guaidó que alega que no se prestará a “falsos diálogos”.