El líder de Proud Boys, el cubanoamericano Enrique Tarrío y otros cuatro miembros de ese grupo de extrema derecha, fueron acusados hoy lunes de cargos de sedición en relación con el asalto del 6 de enero al Capitolio de Estados Unidos.
Tarrío, de 38 años, enfrenta otros cargos relacionados con el intento fallido de partidarios del ex presidente Donald Trump para bloquear la victoria electoral del demócrata Joe Biden. El más grave contra él y los otros cuatro miembros del grupo es el de conspiración sediciosa.
Tarrío fue arrestado en Miami en marzo pasado,. También está acusado de conspiración para obstruir un procedimiento oficial, obstrucción de la aplicación de la ley, destrucción de propiedad del gobierno y otros delitos.
De acuerdo con el Departamento de Justicia, más de 800 personas han sido arrestadas por el asalto al Congreso por partidarios de Trump, pero solo unas pocas enfrentan la conspiración sediciosa, cargo que conlleva una sentencia de hasta veinte años de prisión.
Stewart Rhodes, de 56 años, fundador de otra organización de extrema derecha, Oath Keepers, también ha sido acusado de conspiración sediciosa junto con otros diez miembros del grupo. Tres miembros de Oath Keepers se han declarado culpables.
Según la acusación formal, Tarrío no estuvo en Washington el 6 de enero, pero se reunió con Rhodes el 5 de enero en un estacionamiento subterráneo en Washington y estuvo en contacto con miembros de Proud Boys que asaltaron el Capitolio. Junto con Tarrío, otros cuatro miembros de Proud Boys, Dominic Pezzola, 44, Joseph Biggs, 38, Ethan Nordean, 31 y Zachary Rehl, 36, fueron acusados de conspiración sediciosa, además de sus cargos anteriores.
La acusación se produce tres días antes de una audiencia pública del Comité Selecto de la Cámara que investiga el asalto al Capitolio de Estados Unidos.
El Comité está tratando de determinar si Trump o miembros de su círculo tuvieron un papel en la planificación o el fomento del ataque al Capitolio, y ha citado a asesores y ayudantes del ex presidente.
El asalto al Capitolio dejó al menos cinco muertos y 140 policías heridos. Trump fue acusado por segunda vez por la Cámara de Representantes después de esos disturbios por incitar una insurrección, pero fue absuelto por el Senado, donde solo siete miembros del Partido Republicano votaron en su contra.