La policía antiterrorista del Reino Unido trataba este sábado de explicarse cómo un hombre encarcelado por delitos de terrorismo, que recuperó la libertad el año pasado, apuñaló a varias personas antes de ser dominado por transeúntes y muerto a tiros por agentes en el Puente de Londres. Dos personas murieron y otras tres resultaron heridas.
El jefe de la policía antiterrorista de Londres, Neil Basu, explicó que el agresor –identificado como Usman Khan, de 28 años– asistía a un programa de educación de prisioneros cuando perpetró el ataque el viernes, a apenas unos metros (yardas) del sitio donde hubo otra agresión en 2017, en la que un sujeto arrolló a varias personas con una camioneta y acuchilló a otras, dejando varios muertos.
Basu dijo que el sospechoso parecía llevar un chaleco antibombas, pero resultó ser “un artefacto explosivo falso”. La policía dijo que estaban manejando los apuñalamientos como un ataque terrorista y que no estaban buscando activamente a otros sospechosos.
Uno de los heridos tenía un pronóstico crítico pero estable, otro estaba estable y el tercero tenía lesiones menos graves, dijeron funcionarios médicos.
El ataque plantea preguntas difíciles, tanto para el gobierno británico como para las fuerzas de seguridad.
La policía dijo que Khan fue condenado en 2012 por delitos de terrorismo y que en diciembre de 2018 quedó libre “bajo licencia”, lo que suponía que debía cumplir ciertas condiciones o que regresaría a prisión. Varios medios británicos reportaron que en el momento del ataque llevaba una tobillera de seguimiento electrónico.
El exjefe de la Oficina Nacional de Seguridad contra el Terrorismo de Gran Bretaña, Chris Phillips, dijo que es un error pedir a la policía y a los servicios de seguridad que mantengan a salvo al país y que dejen salir a la gente de la cárcel cuando siguen siendo una amenaza.
“Estamos jugando a la ruleta rusa con la vida de la gente, dejando que criminales yihadistas condenados, conocidos y radicalizados caminen por nuestras calles”, afirmó.
El primer ministro Boris Johnson apuntó que lleva “mucho tiempo argumentando” que es un “error permitir que delincuentes violentos salgan de prisión antes”. Dijo que se añadirían patrullas policiales adicionales en las calles para tranquilidad de la población.
Johnson, acompañado de la secretaria del Interior Priti Patel y la jefa de la Policía Metropolitana, Cressida Dick, recorrieron el sábado el sitio del ataque ocurrido la víspera.
Khan fue condenado por formar parte de un grupo que negó estar preparando ataques contra sitios importantes, como el Parlamento y la embajada de Estados Unidos, e individuos como Johnson _entonces alcalde de Londres_, el decano de la Catedral de San Pablo en Londres y dos rabinos.
El sospechoso admitió un cargo menor por conducta para la preparación de actos de terrorismo.
Fue grabado en secreto tramando ataques y hablando del martirio como una posibilidad.
El sábado, la policía estaba revisando un bloque de apartamentos en Stafford, 240 kilómetros al noroeste de Londres, en busca de pistas. Se cree que Khan vivió en la zona después de salir de la cárcel.
El ataque se produjo cuando faltan menos de dos semanas para que el Reino Unido celebre elecciones generales el 12 de diciembre. Los principales partidos políticos suspendieron sus actos de campaña en Londres en señal de respeto.
Por su parte, la policía de Holanda seguía buscando este sábado a la persona que apuñaló a tres jóvenes en una calle de la ciudad La Haya atestada de compradores por el Black Friday.
Las autoridades no determinaron todavía el motivo del ataque y no tenían más novedades sobre el caso, explicó la vocera de la policía, Marije Kuiper.
Las víctimas fueron atendidas en un hospital y recibieron el alta el viernes en la noche.