El presidente Joe Biden habló brevemente el lunes sobre las opciones de control de armas, incluida una posible prohibición de las armas de asalto. Dijo que la Segunda Enmienda de la Constitución “nunca fue absoluta”. “No se podía comprar un cañón cuando se aprobó la Segunda Enmienda”, dijo.
El presidente hizo esas declaraciones después de su regreso de Uvalde. El domingo, él y la primera dama Jill Biden visitaron las familias en esa localidad de Texas en la que el martes pasado perdieron la vida 19 estudiantes y dos profesoras en un tiroteo.
En esa masacre, Salvador Ramos, de 18 años, las mató con un rifle de asalto AR-15. Ramos fue neutralizado en una operación de rescate por agentes del orden.
Biden se ha comprometido a tomar medidas para ayudar a prevenir este tipo de tragedias. “No tiene sentido poder comprar algo que puede disparar hasta 300 tiros”, dijo. “La idea de estas armas de alto calibre… simplemente no hay una base racional para ello en términos de autoprotección, caza, y recuerden, la Constitución, la Segunda Enmienda nunca fue absoluta”.
Los Biden visitaron la Escuela Primaria Robb, durante su visita a Uvalde. Jill Biden dejó un ramo de flores blancas fuera de la escuela, y la pareja asistió a misa en una iglesia local de la que son miembros varias las familias de las víctimas. Cuando el presidente salía de la iglesia, una multitud de alrededor de cien personas comenzó a gritar “Haga algo”. Biden respondió: “Lo haremos”.
El lunes, Biden dijo a los periodistas que se aseguró de no discutir ninguna legislación potencial con los legisladores republicanos durante su viaje a Texas y, en cambio, se centró en consolar a las familias que habían perdido a sus seres queridos. Sin embargo, dijo que los cambios deberían abordarse en las leyes actuales sobre armas.
Biden, aparentemente, hizo referencia a una prohibición federal anterior de rifles de asalto, que expiró durante la administración del expresidente George W. Bush en 2004. “Sé lo que sucedió cuando antes teníamos una acción racional”, dijo, y agregó que la prohibición “reducía los asesinatos en masa”.