La inflación se ha disparado en Estados Unidos desde marzo hasta hoy. Según la Reserva Federal, la cifra alcanza ya 6.6%, en comparación con hace un año, el salto más alto en un periodo de 12 meses en cuatro décadas y es una prueba adicional de que los precios en alza están presionando los presupuestos familiares y la salud de la economía.
Pero el viernes el Departamento de Comercio dijo que la inflación podría estar disminuyendo la velocidad de crecimiento y que pudiera detenerse, al menos por ahora.
Sin embargo, pese a los precios altísimos, el gasto del consumidor aumentó más rápido que la inflación por tercer mes consecutivo, lo que significa que el aumento de los precios no ha enfriado el deseo de gastar de los estadounidenses.
El impacto de la pandemia en la economía también se está desvaneciendo a medida que los consumidores vuelven a gastar en viajes, conciertos y salir a cenar. Eso sigue a un aumento de dos años del gasto, también provocado por la pandemia, en ítems como bicicletas fijas, muebles de jardín y escritorios de pie, o sea, objetos para usar en casa ante la ausencia de salidas a la calle.
“El cambio a los servicios ayuda a contener la inflación porque los precios de los servicios aumentan más lentamente que los de los bienes”, explica el economista Antonio Benavides.
En su opinión, excluyendo las categorías de alimentos y energía especialmente volátiles, los llamados precios subyacentes aumentaron un 5.2% en marzo respecto al año anterior. Esto estuvo ligeramente por debajo del aumento semestral del 5.3% en febrero, y fue la primera vez que esa cifra de 12 meses disminuyó desde febrero de 2021, antes de que comenzara el pico de la inflación.
Y mes a mes, los precios subyacentes aumentaron 0.3% de febrero a marzo, lo mismo que de enero a febrero. Anteriormente, había subido medio punto durante cuatro meses consecutivos.
“Es realmente agradable ver la desaceleración [de la inflación subyacente]”, dijo Bill Adams, economista jefe de Comerica Bank, en un correo electrónico a los clientes, al que la agencia AP tuvo acceso. “La inflación puede haber alcanzado su punto máximo en marzo, aunque la evidencia aún es un poco ambigua. Pero el impulso de la inflación sigue siendo muy fuerte”.
La inflación general saltó un 0.9% de febrero a marzo, la mayor ganancia mensual desde 2005. Los precios de la gasolina se dispararon un 18% solo en marzo. Pero ha caído la tasa de aumento desde inicios de mayo, señal de que puede comenzar a disminuir lentamente.
Por otro lado, los consumidores aumentaron sus gastos en un 1.1% el mes pasado, más de lo que esperaban muchos economistas. La ganancia reflejó en gran medida precios más altos en la bomba de gasolina, las tiendas de comestibles y otros lugares donde los estadounidenses compran artículos de primera necesidad. Pero incluso ajustado por la inflación, el gasto aumentó un 0.2%.
Las fuertes ganancias en sueldos y salarios están ayudando a muchos consumidores a manejar costos más altos. Un informe del Departamento de Trabajo mostró que el salario y los beneficios de los empleados aumentaron un 1.4% durante los primeros tres meses del año, antes de ajustarse a la inflación. Ese fue el mayor aumento de este tipo en los registros que se remontan a dos décadas.
Sin embargo, la ganancia no es lo suficientemente grande como para compensar por completo los precios más altos. En el último año, los salarios y beneficios aumentaron un 4.7%. Pero después de ajustar por inflación, han bajado un 3.7%.
Ese declive ayuda a explicar por qué los estadounidenses tienen una visión cada vez más negativa de la economía.
Los consumidores mantienen sus gastos aprovechando los ahorros adicionales que acumularon durante la pandemia. Pero la tasa de ahorro cayó al 6.2% en marzo, el nivel más bajo desde 2013.
Un monto de ahorro más pequeño puede eventualmente restringir a los consumidores, pero eso es poco probable a corto plazo.
¿El autor podría comentar algo de la inflación en Cuba?