Un pastor evangélico de una iglesia de Tampa, Florida, fue arrestado hoy el lunes después de haber efectuado dos servicios religiosos dominicales con cientos de personas y de violar una orden de encierro en casa.
El pastor Rodney Howard-Browne se entregó a las autoridades en el condado Hernando, donde reside. Se le acusó de asamblea ilegal y de violar una orden de emergencia de salud pública. Se le fijó una fianza de 500 dólares y fue liberado después de pagarla.
En una conferencia de prensa, el jefe policial del condado Hillsborough, Chad Chronister, dijo que negoció con el abogado del pastor para que se entregara a las autoridades.
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Liberty Counsel, la firma de abogados que lo representa, dijo en comunicado que “la iglesia no solamente cumplió con la orden administrativa relativa a mantener una distancia de seis pies entre las personas, sino que fue por encima y más allá que cualquier otra empresa para asegurar la salud y la seguridad de la gente”.
“Contrario al alegato del jefe policial Chronister en el sentido de que el pastor Howard-Browne fue ‘imprudente’, las acciones del jefe policial del condado Hillsborough y del condado Hernando son discriminatorias contra la religión y las reuniones en las iglesias”, agregó.
Este pastor no es el único que se niega a restringir los servicios religiosos presenciales a pesar de las órdenes de salud pública que pretenden impedir que el virus siga propagándose. En los últimos días, iglesias de Ohio, Kentucky y Luisiana han seguido invitando a los feligreses. Una media docena de estados ofrecen cierto grado de excepción para que las representaciones religiosas suspendan las actividades no esenciales durante la pandemia.
Nacido en Sudáfrica, el pastor ejerce su ministerio en su iglesia de Tampa Bay, fundada junto a su esposa en 1996, y dirige Revival Ministries International. Sus reuniones de avivamiento son conocidas por feligreses que rompen en “risa santa”.