Dos líderes de una iglesia cristiana de Florida que se hicieron conocidos en junio por promover el consumo de lejía industrial para curar el coronavirus, han sido arrestados en Colombia y enfrentan un proceso de extradición a Estados Unidos por la muerte de siete personas que consumieron el producto.
En junio Mark Granon, arzobispo de la iglesia Génesis II de la Salud y Cura, de la ciudad de Bradenton, al sur de Tampa, cayó bajo el radar de las autoridades sanitarias por promover el consumo de lejía bajo el nombre de “sacramentos de fe”, una supuesta cura que también ha promovido el presidente Donald Trump.
El producto que la iglesia difunde no es técnicamente la lejía común y corriente de uso casero, sino peor. Es un producto industrial a base de dioxina de cloro, de donde se produce la lejía, ha indicado la Agencia Federal de Drogas y Alimentos (FDA, por sus siglas en inglés) que está llevando a la iglesia a los tribunales.
Por ello la venta fue suspendida en junio. La iglesia comentó la decisión diciendo que se debe a la necesidad de mantenerse “durante estos tiempos difíciles y retadores en rezo permanente en busca de la orientación y la sagacidad del Señor”. La demanda hace hincapié en que la iglesia ha estado envenenando a sus fieles. Le dice al juez que en caso de que decida abrir el proceso, el gobierno presentará los argumentos necesarios para que le quede prohibido involucrarse en toda actividad comercial, al menos temporalmente. Grenon dijo en ese entonces que no vendían la lejía, sino que solo solicitaban donaciones.
Sin embargo, las muertes y la demanda llevaron a padre e hijo a escapar de Estados Unidos. Tras una intensa búsqueda el FBI los encontró en Colombia, donde siguieron con su idea de vender la lejía para “curar” el coronavirus. Hay dos hijos más involucrados en la demanda, presos en Estados Unidos.
La fiscalía colombiana divulgó una foto que muestra a Mark Grenon y a su hijo Joseph vestidos con monos azules y máscaras, y escoltados por dos policías armados. La fiscalía dice que la pareja había sido detenida bajo sospecha de vender una “solución milagrosa” que ha causado la muerte a siete ciudadanos estadounidenses.
La detención de los Grenon se hizo un mes después de que el reverendo y sus dos hijos fueran acusados de traficar con una sustancia que no ha sido aprobada para uso médico y que podría ser “potencialmente mortal”.
La sustancia, dióxido de cloro, es un potente blanqueador que se utiliza en la fabricación de textiles. Los Grenon lo comercializan como “solución mineral milagrosa” que –dicen– cuando se bebe como dilución puede curar casi todas las enfermedades: la COVID-19, el cáncer, el SIDA, y… el autismo.
En junio, cuando OnCuba reveló este caso, se supo también que en abril Grenon le había escrito a Trump con la sugerencia de adoptar el producto para contener el coronavirus. Unos días después, Trump apareció en su rueda de prensa diaria con la idea de inyectar desinfectante en el cuerpo para combatir la COVID-19. “¿Hay alguna forma de hacer algo mediante una inyección en el interior o casi una limpieza?”, dijo el mandatario.