Ante el avance de los talibanes en Afganistán que se aproximan rápidamente a la capital, Kabul, tras la conquista de 30 ciudades en las últimas dos semanas, EE.UU. anunció este jueves el envío a ese país de 3.000 soldados para asegurar la evacuación de diplomáticos y ciudadanos estadounidenses, así como afganos que colaboraron con las tropas extranjeras.
“Básicamente la misión es proteger el traslado hacia el aeropuerto y garantizar la seguridad de la llegada y partida de los vuelos”, informó en rueda de prensa el portavoz del Pentágono, John Kirby.
Washington tiene actualmente 650 militares en Kabul que se encargan de la seguridad de la instalación diplomática y el aeropuerto, y esta decisión da a entender que la administración de Joe Biden no confía en la capacidad del gobierno afgano para proteger a los extranjeros que allí se encuentran, principalmente estadounidenses y europeos. Analistas en Washington consideran, además, que la estructura gubernamental afgana se encuentra al borde del colapso.
En una nueva advertencia este jueves a los estadounidenses en Afganistán, la segunda que se ha emitido desde el sábado, la embajada de EE.UU. instó nuevamente a sus ciudadanos a marcharse de inmediato. El aviso se publicó en medio de crecientes discusiones en Washington sobre la reducción adicional del personal ya limitado en la embajada. De momento, la toma del poder por los talibanes no implica un corte de relaciones y los dos bandos han mantenido discretas conversaciones desde enero en Suiza.
“La Embajada de EE.UU. permanecerá abierta con la presencia diplomática necesaria y continuará brindando servicios consulares y manteniendo relaciones diplomáticas con el gobierno afgano”, enfatizó también el jueves el portavoz del departamento de Estado, Ned Price. “La embajada permanece abierta. No tenemos previsto un cierre”, agregó.
Por ahora, EE.UU. continúa apoyando al ejército afgano con ataques aéreos limitados, pero estos no han marcado una diferencia estratégica hasta ahora y están programados para terminar cuando el país norteamericano finalice formalmente su papel en la guerra el 31 de agosto. La fuerza aérea es la única rama militar firmemente controlada por el gobierno de Kabul, ya que los talibanes no disponen de fuerzas de este tipo.
Según la agencia Associated Press, Biden podría continuar con los ataques aéreos más allá de la fecha de retiro, pero dada su firme postura de poner fin a la guerra, parece poco probable.
La evaluación militar estadounidense más reciente, teniendo en cuenta los últimos avances de los talibanes, concluyó que Kabul podría estar bajo presión insurgente en septiembre y que el país podría caer completamente bajo el control de los talibanes en un par de meses, según un funcionario de defensa que discutió el análisis interno el miércoles bajo condición de anonimato.
Sin embargo, hasta ahora los talibanes no han tomado medidas para amenazar a Kabul, y es posible que esperen hasta que hayan obtenido el control de la mayor parte del país antes de intentar apoderarse de la capital.