En medio de duras críticas por la falta de vacunas, la administración de Joe Biden decidió declarar el estado de emergencia sanitaria para combatir la viruela del mono, enfermedad que ha venido en ascenso en las últimas semanas, en particular en el sur de Florida.
Hasta ahora se han detectado unos 6.600 casos en todos los Estados Unidos y el Centro de Control y Prevención de Enfermedades (CDC, por sus siglas en inglés) advirtió esta semana que el número de enfermos puede aumentar porque el público en general tiene una noción pobre sobre la enfermedad.
La alarma sanitaria permite la disponibilidad de fondos federales y otros recursos a niveles estatales, para enfrentar esta viruela que se manifiesta con fiebre, dolores musculares, escalofríos, cansancio y pequeños granos en la piel.
Esto se debe a que la administración Biden ha enfrentado críticas por la poca disponibilidad de las vacunas contra la dolencia. Varios centros hospitalarios de grandes ciudades como Nueva York y San Francisco dicen que no han recibido suficientes vacunas para satisfacer la demanda, y algunas han tenido que dejar de ofrecer las segundas dosis para poder aplicar las primeras.
La Casa Blanca confirmó que ha puesto a disposición del público más de 1.100 millones de dosis y ha ayudado a aumentar la capacidad de diagnóstico nacional con 80.000 pruebas semanales.
La viruela del mono se propaga a través del contacto prolongado y cercano de piel con piel o con sábanas, toallas y ropa. La mayoría de quienes se han enfermado hasta ahora han sido principalmente hombres que tienen sexo con otros hombres. Pero las autoridades de salud enfatizan que se puede infectar cualquier persona.
Hace tres días, la administración Biden nombró a altos funcionarios de la Agencia Federal para el Manejo de Emergencias (FEMA, por sus siglas en inglés) y del CDC como coordinadores de la Casa Blanca para combatir el brote de la enfermedad.
La emergencia de salud pública puede extenderse mientras dure, algo similar a lo que ya sucedió durante la pandemia de COVID-19.
La decisión del gobierno estadounidense se produce después de que otros países y organizaciones han hecho declaraciones similares y tomado medidas parecidas.
Días atrás, la Organización Mundial de la Salud (OMS) calificó la viruela del mono como una emergencia de salud pública en más de 70 países. Una emergencia mundial es el nivel más alto de alerta de la entidad global, pero la designación no significa necesariamente que una enfermedad sea particularmente transmisible o letal.
California, Illinois y Nueva York han hecho declaraciones similares en la última semana, al igual que la ciudad de San Francisco y el condado de San Diego.