Los ejecutivos de las principales empresas tecnológicas del mundo, todas estadounidenses, mantuvieron este miércoles un duro y tenso enfrentamiento con una comisión de la Cámara de Representantes sobre el alcance de sus actividades.
Las empresas Amazon, Apple, Facebook y Google estuvieron bajo fiscalización de los legisladores, preocupados por prácticas empresariales que entran en el marco de la deslealtad comercial al perjudicar la competencia. Pero también hablaron de la toma por asalto de pequeñas empresas con comportamientos inescrupulosos y abusando de su poder.
La audiencia transcurre un momento en que los congresistas están estudiando reglas más estrictas y el diseño de nuevas normas de competencia comercial, incluyendo romper con prácticas de monopolio con la adquisición de pequeñas empresas que han tenido dificultades de crecimiento.
El congresista demócrata David Cicilline, quien dirige el comité del Congreso responsable de la audiencia, dijo que una investigación de un año reveló patrones de abuso por parte de las plataformas en línea.
“Las plataformas dominantes han ejercido su poder de manera destructiva y dañina para expandirse”, apuntó. Y detalló que la investigación descubrió que las empresas tecnológicas abusan de su poder para beneficiar sus propios productos, socavar la competencia y, en última instancia, perjudicar la economía. Todo esto “con la complicidad latente e irresponsable de las comisiones federales y legislativas encargadas de hacer cumplir las normas antimonopolio” en Estados Unidos.
Los congresistas dijeron estar preocupados por otros motivos y acusaron a las empresas de suprimir puntos de vista conservadores en el contenido de sus ofertas. “Voy a ir al grano: la gran tecnología no busca a los conservadores”, dijo el congresista Jim Jordan, un republicano de Ohio.
En la primera ronda de respuestas, en la que los ejecutivos participaron por teleconferencia, Jeff Bezos, presidente del Consejo de Administración de Amazon y dueño del diario The Washington Post, dijo que el mundo “necesita grandes” empresas. Los jefes de Facebook, Apple y Google argumentaron que sus compañías habían estimulado la innovación, lo cual había creado puestos de trabajo y desarrollado nuevas tecnologías. Según el jefe de Apple, Tim Cook, eso “se logra comprando pequeñas empresas especializadas”.
El concepto caló en algunos de los congresistas republicanos. Señalaron que tal vez no ha llegado aún el momento de dividir las empresas. “Lo grande no es necesariamente malo”, dijo Jordan.
En esta audiencia gran parte de la atención se centró en el motor de búsqueda Google. Los legisladores lo acusaron de robar contenido creado por empresas más pequeñas, como Yelp, para alimentar a los usuarios de su sitio.
En estos momentos Google enfrenta una demanda en Europa por utilizar los contenidos de noticias de varios medios sin pagarles un solo centavo. En el caso de España, un tribunal cerró la web de noticias en castellano de Google, que está negociando con los órganos de prensa ibéricos para reabrirla, previo pago de contenidos.
A su vez, la adquisición de Instagram por Facebook, el trato dispensado a vendedores exteriores en Amazon, la tienda de aplicaciones de Apple y la base de venta de sus software también recibieron una andanada de criticas. La tienda de Apple llamó la atención por monopolizar las aplicaciones creadas por desarrolladores externos a la compañía. Apple no les paga un precio fijo, no les compra las aplicaciones, sino las coloca en el mercado y les da un porcentaje de las ventas.
En ese aspecto Tim Cook se mostró conciliador. “El escrutinio es razonable y apropiado”, dijo. Pero “no hacemos concesiones sobre los hechos”.
“[El mercado] es tan competitivo, que lo describiría como una lucha callejera por la participación de mercado en el negocio de los teléfonos inteligentes”, agregó después.
Bezos defendió su practica comercial explicando que su firma enfrentaba una significativa competencia por parte de empresas como la cadena de supermercados y grandes almacenes Walmart. “Me encanta la gente que comenzó de abajo, que montó su negocio en el garaje de su casa. Pero al igual que el mundo necesita pequeñas empresas, también las necesita grandes. Hay cosas que las pequeñas empresas, simplemente, no pueden hacer”, dijo el dueño de Amazon, considerado por la revista Forbes el hombre más rico del mundo.
Mientra ocurría el debate, el presidente Donald Trump, que le tiene un odio particular a Bezos, intervino en la audiencia vía Twitter: “si el Congreso no le hace la justicia al comportamiento de la gran tecnología, lo que debía haber hecho hace años, lo haré yo mismo con órdenes ejecutivas. No hay dudas de que lo que están haciendo las grandes compañías tecnológicas es muy malo”.
Estas audiencias constituyen una coincidencia política poco usual en la Cámara de Representantes en estos tiempos de Donald Trump. Para los republicanos es una forma de complacer al presidente, que odia con todas sus fuerzas las principales empresas tecnológicas, exitosas y lucrativas, un terreno donde no ha incursionado y del que no parece tener mucho conocimiento.
Para los demócratas es una forma de cortejar a un electorado con una postura muy crítica acerca de las relaciones laborales dentro de esas empresas tecnológicas, que recurren sobremanera a la mano de obra barata en Asia y Latinoamérica.
Exceptuando Amazon, que hace seis meses subió el salario mínimo a 15 dólares la hora, las demás no les pagan mucho a sus empleados, los subcontratan, recortan beneficios y huyen de los impuestos. Google tiene una causa en un tribunal en Holanda, interpuesta por la Comisión Europea.