La Corte Suprema rechazó hoy viernes una demanda respaldada por el presidente Donald Trump para revocar la victoria electoral de Joe Biden. La decisión puso fin a un intento desesperado por llevar al máximo tribunal del país asuntos legales ya desestimados por jueces estatales y federales.
Fue la segunda orden de la Corte Suprema esta semana rechazando solicitudes republicanas para que se involucre en el desenlace electoral de 2020.
Esta vez era una demanda de republicanos de Texas tratando de impugnar los resultados electorales en cuatro estados: Georgia, Michigan, Pensilvania y Wisconsin. Solicitaba prohibirle a esos estados estados emitir sus votos electorales por Biden y trasladar la selección de electores a las legislaturas estaduales.
El tribunal supremo dictaminó que Texas no tenía razones para continuar con el caso: “no ha demostrado un interés judicialmente reconocible en la forma en que otro estado lleva a cabo sus elecciones”. La medida, junto con el rechazo del martes una solicitud similar de los republicanos de Pensilvania, indica que la Corte se negó a participar en la campaña del presidente Trump para anular los resultados electorales.
Trump afirma que obtendrá segundo mandato “con la ayuda de ciertas personas muy importantes”
Trump ha dicho que esperaba prevalecer en la Corte Suprema, que tiene a tres jueces designados por él. La jueza Amy Coney Barrett fue llevada a la Corte en octubre, en parte con la esperanza de que votara a favor de Trump en las disputas electorales. “Creo que esto terminará en la Corte Suprema”, dijo Trump sobre las elecciones unos días después de la muerte de la jueza Ruth Bader Ginsburg. “Y creo que es muy importante que tengamos nueve jueces”.
Las afirmaciones de que la elección estuvo contaminada por un fraude generalizado han sido desmentidas, incluso por el fiscal general William P. Barr, quien dijo que el Departamento de Justicia no había descubierto fraude electoral “en una escala que podría haber tenido un resultado diferente en la elección”.
Unos veinte estados liderados por demócratas, en apoyo a los cuatro estados en conflicto, instaron a la Corte Suprema a “rechazar el intento de último momento de Texas de descartar los resultados de una elección decidida por el pueblo y supervisada y certificada de forma segura por sus estados hermanos”.