El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, y varios de sus antecesores lamentaron el fallecimiento de la reina Isabel II recordando sus encuentros personales en privado y públicamente.
El presidente y su esposa Jill Biden dijeron en un comunicado conjunto que la reina, la monarca británica con el reinado más largo (siete décadas), “definió una era”.
“Hoy los pensamientos y oraciones de todo Estados Unidos están con el pueblo del Reino Unido y la mancomunidad británica en su dolor. Enviamos nuestras más profundas condolencias a la familia real, que no solo está de luto por su reina, sino también por su querida madre, abuela y bisabuela. Su legado ocupará un lugar destacado en las páginas de la historia británica y en la de nuestro mundo”.
Al mismo tiempo, el mandatario ordenó que en la Casa Blanca, edificios federales, instalaciones militares y embajadas en el extranjero las banderas estadounidenses ondeen a media asta “hasta el día del entierro”, en unos diez días.
En su declaración, la primera pareja llamó a la reina “una presencia constante y una fuente de consuelo y orgullo para generaciones de británicos, incluidos muchos que nunca han conocido su país sin ella”.
La reina, agregaron, “fue una estadista de una dignidad y constancia inigualables que profundizó la alianza fundamental entre el Reino Unido y Estados Unidos”.
“Ella ayudó a que nuestra relación fuera especial”, dijo el comunicado refiriéndose a la “relación especial” del Reino Unido con Estados Unidos, término acuñado por Winston Churchill. Los Biden también dijeron que esperan continuar con “una estrecha amistad” con el rey Carlos III y la nueva reina consorte.
A su vez, los expresidentes estadounidenses también expresaron sus condolencias tras el fallecimiento. George W. Bush, quien como mandatario le dio la bienvenida a Estados Unidos, recordó haber pasado un tiempo en el Palacio de Buckingham.
“Pasar tiempo en el Palacio de Buckingham y tomar el té con Su Majestad, y sus perros corgis, es uno de nuestros mejores recuerdos de la presidencia”, escribió Bush. “La Reina Isabel condujo hábilmente a Inglaterra a través de momentos oscuros con la confianza de su pueblo y su visión de un mañana más brillante. Nuestro mundo se benefició de su firme determinación y estamos agradecidos por sus décadas de servicio como soberana”.
Por otro lado Donald Trump, quien en su primera visita a Londres como presidente quedó marcado por irrespetar el protocolo y dar las espaldas a la reina, escribió en un comunicado que “su liderazgo y su diplomacia perdurables aseguraron y promovieron alianzas con Estados Unidos y con países de todo el mundo. Sin embargo, siempre será recordada por su fidelidad a su país y su inquebrantable devoción a sus compatriotas”.
“Melania y yo siempre apreciaremos nuestro tiempo juntos con la reina, y nunca olvidaremos la generosa amistad, la gran sabiduría y el maravilloso sentido del humor de Su Majestad. ¡Qué gran y hermosa dama era, no había nadie como ella!”, escribió Trump.
Los Obama también recordaron a la reina como una líder que hizo “suyo” el rol de monarca. “Su Majestad tenía solo 25 años cuando asumió la enorme tarea de dirigir una de las democracias más grandes del mundo. En las décadas que siguieron, haría suyo el papel de reina con un reinado definido por la gracia, la elegancia y una incansable ética de trabajo, desafiando las probabilidades y expectativas puestas en las mujeres de su generación”, escribieron.
Finalmente, Bill y Hillary Clinton marcaron el fallecimiento al recordarla como alguien con “gracia infalible, dignidad y preocupación genuina por el bienestar de toda su gente” al despedirse de Isabel II, quien solía firmar “Elizabeth II Regina” y en familia le llamaban “Lilibeth”.