Las autoridades de inmigración de Estados Unidos han cambiado la forma de procesar el ingreso al país de los ciudadanos venezolanos que se han concentrado en la frontera con México. Dicen que se trata de un programa experimental que, si tiene éxito, pudiera ser expandido a otros países.
A partir de ahora, los venezolanos deberán arribar por vía aérea con documentación y contar con el apoyo de un familiar o alguien más que se responsabilice por su estancia en el país y se comprometa a asumir los gastos necesarios, incluyendo la manutención. Y han ofrecido un paquete de 24 000 visas humanitarias anuales.
Sin embargo, no podrán acogerse al programa quienes hayan entrado a México o Panamá tras el anuncio, tengan residencia permanente o doble nacionalidad o estatus de refugiados en otro país.
Blas Nuñez-Neto, el subsecretario Interino de Política Fronteriza e Inmigración del Departamento de Seguridad Nacional estadounidense, dijo en conferencia telefónica que quienes ingresen ahora provenientes de Panamá y México “no van a ser elegibles” para el nuevo plan.
“A los que están en movimiento, les quiero decir claramente que se queden donde están, que no entren a México y no traten de cruzar nuestra frontera”, afirmó.
Se calcula que más de siete millones de personas han huido de Venezuela en busca de una vida mejor debido a la crisis política y económica que asola a la nación. Muchos se quedaron en otros países latinoamericanos, pero en el último año se han multiplicado las llegadas a Estados Unidos. Los venezolanos se han convertido en la segunda nacionalidad con más interceptaciones en la frontera, después de la mexicana.
Bajo presión de Washington, México dispuso restricciones a los viajes aéreos de los migrantes venezolanos en enero. A partir de entonces, se incrementó el paso a través de la selva de la provincia panameña del Darién, en la frontera con Colombia. Recientemente México también se comprometió a retener a los venezolanos en la frontera.
En lo que va de 2022, más de 151 000 personas han cruzado a Panamá a través de la selva. De ellas, 107 000 venezolanos. Según Nuñez-Neto, unos 3 000 migrantes atraviesan a diario Panamá. La mayoría son también de Venezuela.
En un intento por frenar las llegadas, el gobierno de Biden anunció el miércoles este programa que penaliza a quienes cruzan la frontera de manera ilegal y alienta el arribo legal, un plan similar al que se aplicó para los ucranianos después de la invasión rusa en febrero.
Los que reciban autorización podrán ingresar a Estados Unidos por aeropuertos y tendrán permiso de trabajo por cerca de dos años, dijo Nuñez-Neto. El proceso puede iniciarse por internet desde cualquier país en el que estén y será expedito. En algunos casos, podría ser aprobado en tan sólo una semana, agregó.
“Es importante también destacar que las personas no sean elegibles para participar en este proceso si han sido deportadas de Estados Unidos dentro de los cinco años a partir de la fecha del anuncio“, precisó el funcionario.
Cuando le preguntaron si esta nueva estrategia de controlar la inmigración ilegal pudiera abarcar otros países como Cuba o Nicaragua, Nuñez-Nieto no se comprometió con otras nacionalidades, pero sostuvo que si el plan funciona bien con los venezolanos, la cifra de visas podría incrementarse e incluso incluir a otros países.
“Este programa es para venezolanos y solamente venezolanos, pero, como dijimos ayer, vamos a estar revisando muy de cerca lo eficaz que es en disminuir los flujos migratorios. Y si funciona, vamos a empezar un proceso para revisar si se puede expandir”, afirmó.