Durante todo el año 2020 la administración Trump vendió la imagen de crecimiento económico. Los republicanos se regocijaron por haber terminado el mandato del presidente habiendo logrado un crecimiento económico sustantivo.
Pero según informó el Departamento de Comercio el jueves, durante los tres primeros trimestres de 2020 en Estados Unidos el crecimiento económico no pasó de 1.1% debido a la pandemia. Lo que sucedió fue que en el cuarto trimestre, al lograrse un 3.5%, se pudo equilibrar la cifra de años anteriores.
La verdad es que el descenso al 1.1% ha sido el peor desde 1946, el año después de finalizada la Segunda Guerra Mundial. Fue la primera vez que el PIB estadounidense disminuyó desde 2009, cuando cayó a un 2,5% durante la crisis financiera.
Si no fuera por la actual crisis, una tasa de crecimiento trimestral de 4% sería un gran número. Pero la nación aún está lejos de su gloria económica. Y a este ritmo de crecimiento, simplemente, no la alcanzará. En otras palabras, como señala el propio Departamento de Comercio, el PIB estadounidense se situó en 20,9 billones a finales de 2020, en comparación con los 21,4 billones del año anterior.
El año pasado se produjo la peor conmoción económica de la historia y del PIB de Estados Unidos. Este se contrajo a un récord de 31,4% sobre una base anualizada entre abril y junio, tras los problemas iniciales de la pandemia.
¿Qué le espera entonces a Joe Biden? El informe del Departamento constituye llamado a la acción y un recordatorio de que la crisis económica que causó la pandemia está lejos de haber terminado.
El presidente de la Reserva Federal, Jerome Powell, reiteró el miércoles que la recuperación de la economía estadounidense dependerá de la trayectoria del virus, ya la población permanece bajo diversos protocolos de bloqueo para ayudar a frenar la propagación de la enfermedad que pesa sobre la actividad económica.
Millones de personas siguen sin empleo como resultado de la pandemia, que devastó industrias basadas en el contacto social, como la hotelería. El gasto del consumidor creció a una tasa anual de apenas 2.5%, en comparación con una tasa anual de 41% durante el trimestre anterior. Esto refleja la renovación de los bloqueos y el aumento de las tasas de infección durante los últimos tres meses del año. A pesar de la desaceleración, el aumento del gasto ayudó a que el PIB creciera en el cuarto trimestre. Un aumento en las inversiones comerciales y la vivienda también contribuyó al crecimiento. Pero los ingresos disponibles cayeron un 9,5% sobre una base anualizada en el cuarto trimestre del año pasado, mientras que la tasa de ahorro personal se mantuvo en un 13,4%.
“Para una economía impulsada por el gasto del consumidor, no es una buena señal que la gente deje su dinero en el banco”, comentó el jueves a OnCuba el economista Terence Harris, analista de la Fundación Ford. Es que en general, precisó, los ingresos personales también disminuyeron, principalmente debido a la disminución de los beneficios a medida que los programas de ayuda de la Ley CARES se fueron acabando. Sin embargo, dijo, hay la posibilidad de invertir esta situación con más estímulos.