Investigadores de Estados Unidos aplicaron el lunes la primera vacuna experimental contra el coronavirus, colocándose al frente de una carrera mundial mientras se extiende la pandemia.
Con una cuidadosa inyección en el brazo de una voluntaria saludable, los científicos del Instituto de Investigación Permanente Kaiser de Washington en Seattle comenzaron la ansiada primera fase de un estudio para una posible vacuna para la enfermedad COVID-19 desarrollada en tiempo récord, dado que el virus comenzó a circular en China a finales de 2019 y después se extendió a todo el mundo.
Volunteers just received 1st-ever injections of an investigational #vaccine for #coronavirus in a phase I federally sponsored clinical trial in #Seattle. Thanks @NIH @NIAIDNews for supporting the study & selecting @KPWaResearch to conduct it. https://t.co/3ZylEalzqR #covid19 pic.twitter.com/rMoF7GEoSd
— KP WA Research (@KPWaResearch) March 16, 2020
“Ahora somos el equipo coronavirus”, dijo la doctora Lisa Jackson, líder del estudio. “Todos quieren hacer lo que puedan en esta emergencia”.
The Associated Press observó cuando la primera participante del estudio, una gerente de operaciones de una pequeña compañía tecnológica, recibió la inyección en una sala de auscultación. Tres personas más esperaban una prueba en la que 45 voluntarios recibirán dos dosis con un mes se diferencia.
“Todos nos sentimos muy indefensos. Ésta es una gran oportunidad para hacer algo”, dijo Jennifer Haller, de 43 años de Seattle, mientras esperaba la vacuna. Tras la inyección, salió de la sala con una gran sonrisa: “Me siento genial”.
El hito del lunes marcó sólo el inicio de una serie de estudios en personas necesarios para demostrar si las vacunas son seguras y podrían funcionar. Incluso si la investigación es exitosa, la vacuna no estaría disponible para su uso extenso hasta dentro de 12 a 18 meses, dijo el doctor Anthony Fauci de los Institutos Nacionales de la Salud de Estados Unidos (NIH).
Este candidato a vacuna, conocido con el código mRNA-1273, fue desarrollado por el NIH y la compañía biotecnológica Moderna Inc. son sede en Massachusetts. No hay posibilidad de que se contagien los participantes porque las vacunas no contienen el coronavirus en sí.
No es la única posible vacuna en el horno. Decenas de grupos de investigación en el mundo se apresuran para crear una vacuna contra COVID-19. Se prevé que otro candidato, elaborado por Inovio Pharmaceuticals, comience el próximo mes sus propios estudios de seguridad en Estados Unidos, China y Corea del Sur.
La pandemia del coronavirus ha infectado a más de 169.000 personas y matado a más de 6.500 en todo el mundo.
La enfermedad COVID-19 provoca síntomas leves o moderados para muchos y la gran mayoría se recupera. Algunas personas, especialmente ancianos o con problemas médicos previos, pueden sufrir complicaciones como la neumonía.