Los fiscales federales presentaron una actualización en un caso penal derivado de la investigación de Robert Mueller y su equipo, pero el acto se realizó fuera del ojo público. Esto significa que los detalles siguen fuera del alcance social.
El caso involucra a Sam Patten, consultor del Partido Republicano y asociado de Paul Manafort, quien se declaró culpable de violar la Ley de Registro de Agentes Extranjeros (FARA) al no registrarse como cabildero para el Bloque de Oposición, un partido político de Ucrania que sucedió al Partido de las Regiones de Víctor Yanukovych.
Patten tuvo relaciones comerciales con Paul Manafort, el ex presidente de la campaña de Trump, y con Konstantin Kilimnik, ruso con posibles vínculos con la inteligencia del Kremlin. Mueller ha acusado a Manafort de mentir a los investigadores sobre sus contactos con Kilimnik durante la campaña de 2016.
En agosto pasado Patten admitió haber utilizado a un ciudadano estadounidense como “pala” para obtener boletos para la ceremonia inaugural de Trump. Se trata de un “prominente” oligarca ucraniano, pero no se le acusó de nada.
Patten aceptó cooperar con la oficina del fiscal especial y con otros fiscales federales.
Los fiscales y abogados defensores del caso debían presentar un informe ayer lunes, procedimiento que suele contener detalles sobre la cooperación de un acusado con el gobierno.
Jackson les concedió lo que pedían.
La presentación es una posible indicación de que el gobierno quiere mantener los detalles de la cooperación de Patten fuera del ámbito público; de hecho, sigue sin estar claro con qué preguntas o temas está cooperando.
Los fiscales también suelen utilizar esos informes para solicitar que un juez traslade a un acusado la sentencia. Por lo tanto, no queda claro cuándo será sentenciado. Pero no parece probable que su condena sea dura.
Esta es la segunda vez que los fiscales hacen una presentación sellada de su caso.
La semana pasada los fiscales federales citaron al comité inaugural de Trump para obtener documentos, dato que señalaba entre otras cosas que estaban examinando si los extranjeros le habían donado dinero ilegalmente.
Mueller ha estado investigando la interferencia rusa y la posible coordinación entre la campaña de Trump y Moscú durante casi dos años.
También ha presentado cargos contra más de dos docenas de rusos en relación con los esfuerzos para interferir en las elecciones de 2016. También ha acusado a seis asociados de Trump, aunque en ninguno de los cargos se ha alegado conspiración entre la campaña y el gobierno ruso.