El exvicepresidente Joe Biden y el senador Bernie Sanders alegaron ser la mejor opción para guiar a Estados Unidos ante el coronavirus durante su debate por la candidatura presidencial demócrata, uniéndose en sus críticas a la respuesta del mandatario Donald Trump a la pandemia, pero con claras diferencias sobre la manera en que enfrentarían la crisis económica y de salud pública.
Biden se comprometió a desplegar al ejército para ayudar en las labores de recuperación y advirtió que podría ser necesario un rescate financiero federal para estabilizar la economía.
Sanders se inclinó por las mismas políticas locales que han dominado su campaña, argumentando que un sistema de seguros médicos gestionado por el gobierno, que ha defendido desde hace tiempo, le permitiría al país responder más rápido a una crisis de salud.
El brote del coronavirus ha transformado rápidamente casi todos los aspectos de la vida de los estadounidenses, causando el cierre de escuelas en todo el país y alterando los itinerarios de viajes. Los temores provocados por el virus también han obligado a suspender los eventos de campaña y a que algunos estados posterguen sus primarias debido a las recomendaciones de las autoridades de salud por evitar las grandes concentraciones.
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“Esto es más grande que cualquiera de nosotros, esto requiere que todos en la nación nos apoyemos unos a otros”, dijo Biden.
De hecho, la ventaja rumbo a la nominación presidencial demócrata ha cambiado drásticamente desde la última vez que Biden y Sanders debatieron hace menos de tres semanas.
Después de un lento inicio durante las primarias, Biden se ha colocado al frente de la contienda con un abrumador respaldo de los votantes negros, así como el de varios otros rivales moderados que han puesto fin a sus aspiraciones. También intenta obtener el respaldo de la senadora Elizabeth Warren, una liberal aliada de Sanders que puso fin a su campaña sin expresar su respaldo por ninguno de los dos precandidatos restantes.
El exvicepresidente lució decidido a mantener el enfoque en la elección general, dirigiéndose directamente a los leales simpatizantes de Sanders y comprometiéndose por primera vez a seleccionar a una mujer para que sea su compañera de fórmula en caso de obtener la nominación demócrata. Tras el anuncio de Biden, Sanders dijo que “muy posiblemente” haría lo mismo.
Para Sanders, la realidad es que su camino a la nominación luce cada vez más complicado, y enfrenta la posibilidad de nuevas y dolorosas derrotas en los cuatro estados que votarán el martes. De cualquier forma, lució determinado a marcar agudos contrastes con las propuestas de Biden durante todo el debate, desafiándolo agresivamente en temas como la guerra en Irak y los acuerdos de libre comercio. Argumentó que ha “enfrentado a todos los intereses especiales que hay por allí”, y añadió: “Eso es muy distinto a lo que ha hecho Joe”.
A pesar de que el del domingo fue el primer debate entre sólo dos candidatos en las primarias demócratas, Biden y Sanders han sido los líderes de los extremos ideológicos de su partido durante esta campaña. Sus enfoques para atender la pandemia del coronavirus hicieron resaltar las contrastantes posturas que se comprometen a aplicar si llegan a la Casa Blanca.