“Me estoy postulando a la presidencia”, con esta frase puesta en su cuenta Twitter, el gobernador de Florida, Ron DeSantis, ha anunciado su candidatura a las elecciones presidenciales de 2024.
De Santis acaba así con semanas de especulaciones sobre sus intenciones en una carrera en la que se ha presentado como el gran rival de Trump en las primarias del Partido Republicano. El gobernador, de 44 años, ingresa a al ruedo debilitado por su caída en las encuestas y por los ataques de Trump.
“Me postulo para presidente de Estados Unidos para liderar nuestro gran regreso estadounidense”, dijo DeSantis durante un evento con el propietario de Twitter, Elon Musk, en la plataforma de audio del sitio. “Sabemos que nuestro país va en la dirección equivocada. Lo vemos con nuestros propios ojos. Y lo sentimos en nuestros huesos”.
Esta frase, lo único articulado al inicio del programa especial, fue escoltada por persistentes disfuncionalidades técnicas y las protestas de cerca de 400 mil usuarios que abarrotaron los servidores de Twitter. Musk admitió el problema. “Hay demasiada gente, creo que esto se ha agotado. Son 400 mil personas”, dijo.
La postulación de DeSantis se vio facilitada por un cambio que los legisladores republicanos de Florida le hicieron a una ley. La misma obligaba a un funcionario renunciar a su cargo al postularse a uno más elevado.
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De ese modo, DeSantis se une una lista que incluye a la exembajadora de la ONU Nikki Haley; al senador Tim Scott, de Carolina del Sur; al exgobernador de Arkansas, Asa Hutchinson; y al empresario de biotecnología Vivek Ramaswamy. El exvicepresidente Mike Pence también se considera un probable candidato, pero aún no lo ha anunciado.
El gran rival de DeSantis es Trump. El gobernador, que probablemente no hubiera ocupado su cargo sin respaldo del magnate, ha adoptado la personalidad del expresidente, sus políticas populistas e incluso sus retórica y sus gestos.
“Es un peligro para la nación, como lo es para Florida. Hay que tomarlo en serio, hay que estar atentos a sus planes contra los intereses del pueblo”, comentó a OnCuba el excongresista demócrata Joe García.
Su proyección
DeSantis firmó un proyecto de ley prohibiendo los abortos después de las seis semanas de embarazo, pero no entrará en vigencia a menos que la prohibición actual de 15 semanas se confirme en un desafío legal en curso ante la Corte Suprema del estado, controlada por conservadores.
Una prohibición de seis semanas en Florida sería un golpe devastador para el acceso al aborto en el sur, ya que los estados vecinos de Alabama, Louisiana y Mississippi han prohibido el procedimiento en todas las etapas del embarazo. Georgia y Carolina del Sur lo prohibieron después de detectarse la actividad cardíaca (alrededor de seis semanas).
Los críticos, incluidos algunos republicanos, han reaccionado ante la ley de las seis semanas diciendo que es extrema. La mayoría de las mujeres ni siquiera se dan cuenta de que están embarazadas en ese período.
Además, la administración DeSantis amplió una ley que sus críticos llaman “No Digas Gay” prohibiendo la instrucción en el aula sobre orientación sexual e identidad de género.
La medida se produjo después de que DeSantis firmara un proyecto de ley prohibiendo esas lecciones hasta el tercer grado, política que ha defendido como un medio para proteger a los niños de la “sexualización”.
Este año la administración de DeSantis presentó una propuesta ante la Junta de Educación floridana para expandir la política a los grados 4-12, a menos que lo exijan los estándares estatales existentes o como parte de la instrucción de salud reproductiva que los estudiantes pueden optar por no tomar. La junta, designada por DeSantis, aprobó la propuesta y la legislatura la convirtió en ley.
La pena de muerte en Florida es otro tema. DeSantis ha firmado dos proyectos de ley al respecto.
El primero pone fin a un requisito de jurado unánime en la sentencia de pena de muerte, permitiendo la pena capital con una recomendación del jurado de al menos 8-4 a favor de la ejecución. Solo tres estados de los 27 que imponen la pena de muerte no requieren unanimidad. Alabama permite una decisión de 10-2; Missouri e Indiana permiten que un juez decida cuando hay un jurado dividido.
El cambio se produjo en respuesta a un veredicto que no condenó a muerte al asesino de la escuela secundaria Marjory Stoneman Douglas, que en 2018 mató a 17 personas.
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El otro proyecto de ley firmado por DeSantis permite la pena de muerte en casos de violación infantil, a pesar de un fallo de la Corte Suprema de Estados Unidos que prohibió la pena capital en esos casos.
La ley tiene como objetivo lograr que la Corte Suprema, controlada por los conservadores, reconsidere un fallo de 2008 que estabeció la inconstitucionalidad de la pena capital en casos de agresión sexual infantil. Florida se encuentra entre los estados con leyes que permiten la pena capital por esa figura, pero no ha utilizado el procedimiento.
Por otro lado, gracias al gobernador los floridanos podrán portar armas ocultas sin un permiso. La nueva ley permitirá que cualquier persona que pueda poseer legalmente un arma en Florida la lleve sin permiso. Por consiguiente, no se requerirá capacitación ni verificación de antecedentes para portar armas ocultas en público. La ley entra en vigor el 1 de julio.
DeSantis ha dicho que cree que Florida debería ir aún más lejos y permitir que las personas porten armas abiertamente. Si bien algunos legisladores han presionado por el porte abierto, no parece que la legislatura apruebe dicha legislación.
Otra nueva ley prohíbe que las universidades utilicen fondos estatales o federales para programas de diversidad, equidad e inclusión, un objetivo constante de DeSantis.
Esas iniciativas han sido objeto de crecientes críticas por parte de los republicanos, que argumentan que los programas son racialmente divisivos.
La ley llega un año después de que firmara una legislación denominada Stop WOKE, que restringe ciertas conversaciones y análisis basados en raza, en escuelas y empresas.
La ley del año pasado prohíbe las instrucciones que dicen que los miembros de una raza son intrínsecamente racistas o deberían sentirse culpables por acciones pasadas cometidas por otros de la misma raza, entre otras cosas.