Prueba de que todo huracán es imprevisible, este domingo los meteorólogos han tenido que ajustar sus predicciones en relación a Dorian. Ahora, el poderoso huracán de categoría 5 se encuentra prácticamente “varado” encima de la isla de la isla Abacos, en las Bahamas, donde deja caer todo su poder destructivo. Las comunicaciones están interrumpidas, los vuelos cancelados y no hay aún una información precisa sobre el grado de destrucción en el archipiélago.
Según el comunicado de la 5 de la tarde del Centro Nacional de Huracanes (NHC, por sus siglas en inglés), Dorian continuará moviéndose lentamente hacia el oeste en los próximos dos días cuando se espera que haga un giro hacia el noroeste. Ayer la proyección era hacia al norte. Aún así se espera que se mantenga como un fenómeno catastrófico en los próximos días.
Mientras tanto, se han perdido todas la comunicaciones con zonas de las Bahamas, a media tarde los principales canales de televisión en Estados Unidos dejaron de trasmitir imágenes y las fotografías disponible llegaron al inicio del día. El aeropuerto de Miami confirmó que todos los vuelos han sido interrumpidos y no serán reanudados hasta que no se conozca las condiciones de los aeropuertos locales.
Los pronósticos prevén que Dorian se quede ahí hasta la madrugada del lunes alcanzando entonces a la isla de gran Bahama. Esto trae como consecuencia que Dorian disminuirá su velocidad pero no intensidad. Con un desplazamiento de 7 kilómetros por hora es posible que al final de la tarde del lunes sus efectos se comiencen a sentir en Florida. Y aquí viene la gran incógnita, ¿qué sucederá, se internará o no en el estado del sol?
Todo esto porque los meteorólogos del NHC han alterado ligeramente las proyecciones del cono de impacto. Aunque el cono siempre es aproximativo dada la imprevisibilidad de los huracanes, hay que prestarle máxima atención a los partes regulares.
Al amanecer del domingo se movió más hacia al oeste y “engordó” al sur. Quiere decir que aumentó su área de impacto en Florida y abarca ahora un área peligrosamente cerca de Miami.
Como dice el director del NHC, Ken Graham, todo tiene que ver con el aumento de la intensidad de los vientos.
“El área que abarca los vientos se está ampliando, se ha vuelto más fuerte, y eso no es nada bueno, no es una buena combinación. Y peor, la fuerza de los vientos huracanados están comenzando a ampliarse desde del ojo (de Dorian)”. O sea, el sur de Florida, como mínimo, no se libra de una muy fuerte tempestad tropical con vientos entre 150 y 160 kilómetros por hora.
La calma antes del diluvio
La tempestad tropical que se pronostica afectará el sur de Florida tendrá poca lluvia pero bastantes vientos por lo cual Graham y sus colegas siguen aconsejando a la gente que no detenga sus preparativos ni desmonte las protecciones de las ventanas pese a que este domingo en Miami fue de un sol esplendoroso donde la gente acudió a la playa, quizá a celebrar fiestas post huracán, pero con aguaceros ocasionales, exceptuando en la zona de Hialeah donde llovió copiosamente e hubo inundaciones pero eso puede deberse más a una especie de “maldición gitana” que tiene la zona donde siempre llueve tres veces más que en el resto del condado Miami-Dade.
El expendio en las gasolineras se ha normalizado aunque en los supermercados sigue la escasez de agua embotellada y alimentos no perecederos. El abastecimiento aquí va a tardar en llegar porque precisamente los huracanes son inestables y, aunque Dorian se está desplazando lentamente con proyección hacia el norte esta situación puede cambiar el mismo lunes cuando deje el archipiélago de la Bahamas y coja fuerza rumbo a Estados Unidos.
Tanto que, por lo pronto, las autoridades del condado de Palm Beach, donde por cierto se encuentra Mar-a-Lago la residencia de veraneo del presidente Donald Trump, han ordenado que los residentes que lo necesiten que acuden a los refugios municipales, principalmente aquellos que viven en casa móviles. También han hecho una invitación a los inmigrantes ilegales a que no tengan miedo y se acomoden en los refugios. “En estos momentos no tiene sentido que evacuemos hacia el norte, por eso decimos a todo el mundo que no vamos a verificar ningún tipo de identificación migratoria, estamos aquí para protegerlos”, dijo el alguacil de Palm Beach, Rick Bradshaw, en una rueda de prensa televisada.
Y vienen otros dos en camino
Mientras tanto, en el Atlántico este, frente a la costa de África en la zona de las isla de Cabo Verde, se ha formado una perturbación atmosférica de baja presión con 50% de posibilidades de transformarse en un tormenta tropical en las próximas 48 horas. Lo mismo sucedió al centro del océano, a medio camino entre África y las Antillas Menores, pero esta vez solo con 30% de posibilidades.
Aunque el NHC dice que aún no representan peligro para la coste este de Estados Unidos, algunos de sus meteorólogos ya tienen las dos depresiones en el colimador porque, tradicionalmente, todas las que se forman en esa zona en la recta final de la temporada de huracanes suelen avanzar rápidamente hacia el oeste y crecer en menos de una semana.
En el Centro Nacional de Huracanes, uno de los meteorólogos tiene arriba de su mesa un cartelito que dice: “Esto no se acaba hasta que se acaba y la temporada no se ha acabado”.
Impresionante…