El Pentágono prohibió el viernes mostrar la bandera confederada en las instalaciones militares, utilizando una política redactada cuidadosamente que no menciona la palabra “prohibición”, ni ese estandarte en específico.
La nueva normativa, detallada en un memorándum, fue descrita por algunos funcionarios como una forma creativa de prohibir la bandera sin contradecir abiertamente ni hacer enfurecer al presidente Donald Trump, que ha defendido el derecho a mostrarla.
Firmado por el secretario de Defensa Mark Esper el jueves por la noche tras semanas de discusiones, el memo enumera los tipos de banderas que pueden ser izadas y mostradas en instalaciones militares: la confederada no está entre ellas, lo que, de hecho, la proscribe sin mencionarla.
“Siempre debemos permanecer enfocados en lo que nos unifica, nuestro juramento a la Constitución y nuestro deber compartido de defender a la nación”, afirmó Esper. “Las banderas que ondeamos deben concordar con los imperativos de las fuerzas armadas de buen orden y disciplina, tratar a todas nuestras personas con dignidad y respeto, y rechazar símbolos divisivos”.
Entre las banderas aceptables mencionadas en el memorándum están las de Estados Unidos y los diversos estados, banderas de otros aliados y socios, la ampliamente usada bandera de prisioneros de guerra y desaparecidos en combate, y las banderas oficiales de unidades militares.
Las banderas y monumentos de la Confederación y los nombres confederados de bases militares se han vuelto un foco de tensiones y protestas en las semanas que han pasado desde la muerte de George Floyd a manos de la policía en Minneapolis. Manifestantes opuestos al racismo han atacado monumentos confederados en numerosas ciudades. Algunos funcionarios estatales están valorando retirar las estatuas, pero enfrentan fuerte oposición en ciertas áreas.
El general del Ejército Mark Milley, jefe del Estado Mayor Conjunto de las fuerzas armadas, dijo en una declaración que la bandera de Estados Unidos es el símbolo de la Constitución que los miembros de las fuerzas armadas juran proteger. Añadió: “Cada uno de nosotros debe crear (y ) mantener un ambiente de cohesión entre las fuerzas conjuntas. Una forma de hacerlo es honrar siempre a nuestra bandera estadounidense”.
Según un funcionario del Departamento de Defensa al tanto del asunto, la decisión de no nombrar una bandera prohibida específica fue para asegurar que la nueva normativa fuese apolítica y pudiera resistir posibles impugnaciones legales basadas en el respeto a la libertad de expresión.
El funcionario, que habló a condición de conservar el anonimato para poder declarar sobre decisiones que aún no se daban a conocer, dijo que la Casa Blanca está al tanto de las nuevas reglas y que estas entraron en vigencia de inmediato.