Al testificar hoy martes ante el Subcomité de Protección al Consumidor, Seguridad de Productos y de Datos del Senado, la ex empleada de Facebook Frances Haugen acusó a la compañía de no hacer cambios en Instagram después de que una investigación interna mostrara un aparente daño a los adolescentes, especialmente a las muchachas. También dijo que la firma era deshonesta en la lucha contra el odio y la desinformación.
Sus acusaciones fueron respaldadas por miles de páginas de documentos de investigación internos que copió en secreto antes de dejar su trabajo en la unidad de integridad cívica.
Nacida en Iowa, Haugen es una experta en datos de 37 años con un título en Ingeniería Informática y una maestría en negocios de Harvard. Antes de ser contratada por Facebook, trabajó durante quince años en empresas de tecnología como Google, Pinterest y Yelp. Se unió a la compañía en 2019, subrayó, porque “Facebook tiene el potencial de sacar lo mejor de nosotros”.
Dijo que no habia filtrado documentos internos a The Wall Street Journal ni comparecido ante el Congreso para destruir la compañía o solicitar su ruptura, como han pedido muchos defensores de los consumidores y legisladores de ambos partidos.
Pero fue a lo profundo: “Los productos de Facebook dañan a los niños, avivan la división y debilitan nuestra democracia”, dijo. “El liderazgo de la empresa sabe cómo hacer que Facebook e Instagram sean más seguros, pero no hará los cambios necesarios porque han puesto sus ganancias astronómicas antes que las personas. Se necesita la acción del Congreso. No resolverán esta crisis sin su ayuda”.
Demócratas y republicanos han demostrado una unidad poco común en torno a las revelaciones del manejo de Facebook de los riesgos potenciales para los adolescentes a partir de Instagram. Han proliferado proyectos de ley bipartidistas para abordar los problemas de las redes sociales y la privacidad de los datos. Pero lograr que la legislación sea aprobada por el Congreso es un trabajo duro. “Siempre que tienes a republicanos y demócratas en la misma página, es más probable que veas algo”, dijo la experta.
Haugen sugirió que la edad mínima para acceder a lnstagram podría aumentarse de los 13 a los 16 o 18 años. También reconoció las limitaciones de los posibles remedios. Al igual que otras empresas de redes sociales, Facebook utiliza algoritmos para clasificar y recomendar contenido a las fuentes de noticias de los usuarios. Cuando la clasificación se basa en el compromiso (me gusta, acciones y comentarios), como ocurre ahora con Facebook, los usuarios pueden ser vulnerables a la manipulación y la desinformación.
Haugen dijo que un cambio de 2018 en el flujo de contenido contribuyó a más divisiones y más mala voluntad en una red aparentemente creada para acercar a las personas. A pesar de la enemistad que estaban alimentando los nuevos algoritmos, dijo que Facebook descubrió que ayudaron a que la gente regresara, un patrón que aprovechó para vender más anuncios digitales, por los que se generan la gran mayoría de sus ingresos.
Haugen dijo que creía que Facebook no se propuso construir una plataforma destructiva. “Tengo una gran empatía por Facebook”, dijo. Pero “al final, la pelota se detiene en Mark”, dijo refiriéndose a Zuckerberg, quien controla más del 50% de las acciones con derecho a voto de Facebook. “No hay nadie que responsabilice a Mark en la actualidad, excepto él mismo”.
Asimismo, dijo que creía que Zuckerberg estaba familiarizado con algunas de las investigaciones internas que mostraban preocupaciones por los posibles impactos negativos de Instagram.
El Subcomité está examinando el uso que hace Facebook de la información que sus propios investigadores recopilaron sobre Instagram. Esos hallazgos podrían indicar un daño potencial a algunos de sus usuarios jóvenes, especialmente las niñas, aunque Facebook los minimizó públicamente. Para algunos de los adolescentes dedicados compartir fotos en la popular plataforma, la presión de grupo generada por Instagram llevó a problemas de salud mental y de imagen corporal, y en algunos casos a trastornos de la alimentación y a pensamientos suicidas.
Un estudio interno de la empresa citó al 13,5% de las adolescentes diciendo que Instagram empeora los pensamientos suicidas y al 17% diciendo que empeora los trastornos alimentarios.
También se han presentado quejas ante las autoridades federales alegando que la propia investigación de Facebook muestra que amplifica el odio, la desinformación y el malestar político, pero que la empresa oculta lo que sabe. Después de que artículos recientes en The Wall Street Journal basados en documentos que Haugen filtró al periódico provocaran una protesta pública, la especialista reveló su identidad en una entrevista de CBS “60 Minutes”, transmitida ayer domingo por la noche.
Aseguró que Facebook desactivó de forma prematura las salvaguardas implementadas para combatir la desinformación y la demagogia luego de que Joe Biden derrotara a Donald Trump el año pasado, y señaló que ello contribuyó al asalto al Capitolio federal el pasado 6 de enero.
Una vez transcurridos los comicios, la compañía desmanteló una unidad de integridad cívica en la que Haugen había estado trabajando. En ese momento se dio cuenta, señaló, de que no confiaba “en que estén dispuestos a invertir realmente lo que necesita invertirse para impedir que Facebook sea peligroso”.
Associated Press/OnCuba.