El expresidente de Estados Unidos Jimmy Carter, electo en 1976 y ganador del Premio Nobel de la Paz en 2002, murió este domingo a los 100 años en Plains, Georgia.
Carter, que se encontraba en su hogar en cuidados paliativos, había recibido tratamiento por una forma agresiva de cáncer de piel tipo melanoma, con tumores que se habían extendido al hígado y al cerebro, precisó la agencia EFE.
Su muerte fue confirmada por su hijo, Chip Carter, en un comunicado difundido por el Centro Carter, que aboga por la democracia y los derechos humanos en todo el mundo.
“Mi padre fue un héroe, no sólo para mí sino para todos los que creen en la paz, los derechos humanos y el amor desinteresado”, dijo su hijo.
“El mundo es nuestra familia por la forma en que unió a la gente, y les agradecemos por honrar su memoria al continuar viviendo estas creencias compartidas”, añadió.
En la propia declaración informaron que habrá homenajes públicos en Atlanta y Washignton, seguidas de un entierro privado en Plains, aunque todavía están pendientes los arreglos finales para el funeral de Estado, incluidos los eventos públicos y las rutas de las caravanas.
Joe Biden, actual presidente de Estados Unidos, definió a Carter como un hombre de gran carácter y coraje, esperanza y optimismo. Tras conocer sobre su muerte, resaltó su compasión y claridad moral, valores que le permitieron trabajar para “erradicar enfermedades, forjar la paz, promover los derechos civiles y humanos, promover elecciones libres y justas, albergar a las personas sin hogar y siempre defender a los más pequeños entre nosotros”.
En un comunicado publicado este domingo, Biden destacó que Carter “salvó, levantó y cambió las vidas de personas en todo el mundo”.
Por su parte, el presidente electo Donald Trump alabó en su plataforma Truth Social el trabajo de Carter durante su mandato: “Los desafíos que Jimmy enfrentó como presidente llegaron en un momento crucial para nuestro país e hizo todo lo que estuvo a su alcance para mejorar las vidas de todos los estadounidenses. Por eso, todos tenemos una deuda de gratitud con él”.
Trump, además, instó a todos a tenerlo en sus corazones y oraciones, y aseguró que su esposa Melania y él piensan “con cariño en la familia Carter y sus seres queridos durante este momento difícil”.
Carter es el presidente de Estados Unidos más longevo de la historia, por delante de George Bush padre (94), Ronald Reagan (94), Gerald Ford (93) y Herbert Hoover (90).
Su legado en política exterior abaca hechos fundamentales como los Acuerdos de Camp David en 1978 en los que se logró un histórico tratado de paz entre Israel y Egipto, tras décadas de conflicto. Este es considerado uno de los mayores éxitos diplomáticos de Estados Unidos.
En 1977, Carter firmó junto al general Omar Torrijos los Tratados Torrijos-Carter que sellaban la entrega del Canal a Panamá al control del país istmeño y ponían fin a la presencia militar de EE.UU. el 31 de diciembre de 1999, hecho cuyo aniversario 25 se celebrará en pocas horas.
Tras conocerse la muerte de Carter, la cancillería panameña ha emitido un comunicado en que lamenta la muerte del expresidente y reconoce su liderazgo como “fundamental” para la firma de estos tratados. Su “compromiso con los derechos humanos, la paz, la diplomacia y el derecho internacional han dejado una huella imborrable en el mundo” más allá de su presidencia, afirma el texto.
Otro hito diplomático importante de su presidencia fue el restablecimiento de las relaciones con China, en 1979.
Durante la presidencia de Carter ocurrieron los primeros acercamientos entre Cuba y Estados Unidos, después del triunfo de la Revolución en 1959 y tras hechos de graves tensiones como la invasión a Playa Girón en 1961 y la Crisis de los Misiles (Crisis de Octubre) en 1962.
Numerosos obstáculos impidieron que esos pasos para la normalización y el diálogo llegaran a consolidarse.
Carter realizó dos visitas a Cuba. La primera fue en 2002. Durante cinco días de estancia en el país se reunió en tres oportunidades con Fidel Castro. Fue en esa ocasión que pronunció un histórico discurso en la Universidad de La Habana: “Estados Unidos y Cuba: una visión para el siglo XXI”.
“La dura realidad es que ni los Estados Unidos ni Cuba han logrado definir una relación que sea positiva y beneficiosa. ¿Será posible que este nuevo siglo pueda encontrar a dos pueblos vecinos que vivan en paz y armonía? He venido aquí en busca de una respuesta a esta pregunta”, dijo.
En la segunda oportunidad, en 2011, viajó a La Habana por invitación de Raúl Castro. Fue considerada también una visita histórica. Tres años después se iniciaría, durante el gobierno de Obama, el corto deshielo entre Cuba y Estados Unidos.
En 2011, en un informe que publicó el Centro Carter sobre la visita, se conoció su interés en la liberación del contratista Alan Gross, al mismo tiempo que reclamaba el cambio de política hacia Cuba.
“Tanto en privado como en público, seguí pidiendo el final de nuestro bloqueo económico contra el pueblo cubano, el levantamiento de todas las restricciones a los viajes, al comercio y de las restricciones financieras, la liberación de Alan Gross y los Cinco, y el final de la política de EE.UU. de que Cuba promueve el terrorismo, la libertad de expresión, de reunión, y los viajes en Cuba, y el establecimiento de relaciones plenas entre los dos países. En el aeropuerto, Raúl le dijo a la prensa, ‘Estoy de acuerdo con todo lo que el presidente Carter’, dijo.