Se llamaba Adolfo Méndez y acaba de morir por complicaciones relacionadas con el nuevo coronavirus. Tenía 44 años y residía en New Braunfels, Texas.
Uno de sus seis hijos le dijo al periódico New Braunfels Herald-Zeitung que su padre no tenía padecimientos previos y que estaba “perfectamente saludable” antes de contraer el virus.
Describió a Méndez, un maestro de primaria, como una persona “paciente” y “amable”. “Se preocupaba por los demás”, dijo. “Amaba mucho a su familia. Estaba muy involucrado en nuestra comunidad y en nuestra iglesia”.
Su esposa agregó que su difunto esposo ni fumaba ni bebía, era físicamente activo y comía saludable.
“Se oye decir que las personas que mueren son mayores o tienen problemas de salud previos, pero él no era ninguna de los dos cosas y el virus lo derribó”, dijo.
“Puede sucederle a cualquiera. El virus esta aquí, es real y puede matar a cualquiera, tal como lo hizo con mi esposo”.
Falleció dos días después de haber dado positivo a la prueba.
EPD.