El gobernador de Florida, Ron DeSantis, ha escogido para el cargo de principal médico del estado a un negacionista de la pandemia de la COVID-19, que se opone, incluso, a las vacunas y el uso de la mascarilla protectora.
El nombramiento recayó en el doctor Joseph Ladapo, quien según el gobernador, “ha tenido una notable carrera académica y médica”.
El médico fue nombrado como “cirujano general”, un cargo que existe solamente en Estados Unidos y que, a nivel estatal, su función es, básicamente amparar las decisiones clínicas del gobernador. A nivel federal, el cirujano general tiene funciones más amplias como diseñar las estrategias clínicas nacionales y promover campañas de salud pública.
Ladapo se graduó de la Universidad de Wake Forest, hizo una maestría en la Escuela de Medicina de Harvard y su doctorado en la Escuela de Graduados de Artes y Ciencias, también de Harvard.
Pese a que las universidades son consideradas próximas de lo que se llama el “liberalismo estadounidense”, Ladapo, sin embargo, ha criticado muchas medidas de salud pública, incluido el uso de mascarillas y la vacunación contra el coronavirus. Su nombramiento se da cuando los expertos en salud pública instan al estado a tomar la pandemia mucho más en serio.
La semana pasada, el gobernador advirtió que impondrá multas para castigar a los gobiernos condales y metropolitanos que exijan a sus empleados que se vacunen. En la misma rueda de prensa, Ladapo enfatizó su alegría por el nuevo cargo, y dijo estar “muy feliz de trabajar con alguien como el gobernador, que tiene una visión similar sobre cómo pensar en sopesar los costos y los beneficios con el manejo de esta pandemia”.
El nuevo cirujano general de Florida elogió las nuevas reglas del estado para poner en cuarentena a los estudiantes. Estas reglas dictan que si un estudiante ha tenido contacto cercano con una persona positiva al coronavirus, pero no presenta síntomas, sus padres pueden mantenerlo en la escuela en lugar de ponerlo en cuarentena como precaución.
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“Respetamos que algunos padres puedan sentirse menos cómodos enviando a sus hijos de regreso a la escuela después de haber estado expuestos. Esta nueva regla permite que esos padres mantengan a sus hijos en casa por un período de tiempo, y también permite a los padres que se sientan más cómodos dejando que sus hijos sanos regresen a la escuela”, comentó el nuevo cirujano general.
El doctor Ladapo también forma parte de un grupo de médicos que han apoyado las controvertidas terapias contra la COVID-19 no probadas e, incluso, refutadas, como la ivermectina y la hidroxicloroquina, inicialmente promovida como una solución a la pandemia por el expresidente Donald Trump.
En un artículo de opinión publicado la semana pasada en el Wall Street Journal, Ladapo reflexionó sobre la pandemia y señaló que el uso de máscaras públicas “ha tenido, en el mejor de los casos, un efecto modesto en la transmisión viral”, aunque los estudios han demostrado repetidamente que las mascarillas reducen la propagación del virus.
“Tomar medidas de bloqueo, que según las investigaciones aumentan las muertes en general, aún se considera una solución aceptable. Pero esta desconexión intelectual ahora se extiende a la obligatoriedad de la vacuna. Esta política se promueve como esencial para detener la propagación del la COVID-19 aunque la evidencia sugiere que no lo hará”, dijo en el artículo titulado Los mandatos de las vacunas no pueden detener la propagación del Covid.
Sin embargo, los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades dicen que las personas completamente vacunadas tienen menos probabilidades que las personas no vacunadas de infectarse con el coronavirus, que limitan la transmisión, y tienen menos probabilidades de enfermarse gravemente o morir, lo que reduce la carga para los hospitales y sistemas de salud.
Un análisis reciente de la CNN mostró que la tasa promedio de muerte por COVID-19 en los 10 estados menos vacunados fue más de cuatro veces mayor que la tasa promedio de muerte en los 10 estados más vacunados durante la última semana, y los estados menos vacunados tienden a tener tasas de hospitalización más altas.
Así, los 10 estados menos vacunados tuvieron un promedio de aproximadamente 463 nuevos casos de COVID-19 por cada 100.000 personas durante la semana pasada, mientras que la tasa promedio de casos entre los 10 estados más vacunados fue menos de la mitad, aproximadamente 209 nuevos casos por cada 100.000 personas, indican datos de la Universidad Johns Hopkins.