Las cifras de infectados por el coronavirus se han disparado en Florida, y el sur de Florida se lleva la peor parte del pastel. En el estado del sol se han detectado hasta este martes 1.412 enfermos, de los cuales 1.330 son residentes permanentes, y han fallecido 18 personas. En el condado Miami Dade, los casos suman ya 338 (335 residentes), pero hasta ahora no ha habido ningún fallecido.
Sin embargo, por primera vez las autoridades sanitarias han desglosado los contagios de coronavirus por dos zonas de particular interés para la comunidad cubano-americana. En la ciudad Hialeah se han presentado 16 casos, uno en la zona de La Pequeña Habana.
Esto incrementa la posibilidad del contagio porque se registró en la concurrida calle Flagler, donde existen numerosas lavanderías, espacios de gran concurrencia.
“Estamos abiertos porque el condado (y el estado) nos consideran negocios de necesidad, pero estoy tomando algunas medidas, no dejo más de diez clientes acá dentro de una sola vez”, explicó a OnCuba, Lizzi Álvarez, empleada de uno de los establecimientos, agregando que cumple instrucciones del dueño de la tintorería.
Pero no todos las cumplen. En la calle Ocho, frente al popular restaurante “Versailles”, ahora parcialmente cerrado, hay una barbería que insiste en resistir al coronavirus contra viento y marea.
“Acá entra uno a la vez para protegernos. La gente tiene que cortarse el pelo con virus o sin virus”, justifica Andrés, un empleado a quien el policía de la zona le ha llamado la atención por mantener abierto el negocio. U
na controversia interesante. El alcalde de Miami Dade, Carlos Giménez, definió hace unos días en una orden ejecutiva el cierre de los negocios “no esenciales”.
En la orden definió el listado, pero no incluyó las barberías o las peluquerías. Tampoco lo ha incluido en los que están autorizados. Esto ha provocado una confusión: por un lado entre los dueños interesados en mantener sus negocios y, por otro, entre la policía patrullando las calles y afirmando que esos establecimientos deben mantenerse abiertos.
“Mis órdenes son claras, todos estos establecimientos deben estar cerrados”, explicó a OnCuba un policía que suele patrullar diariamente hace años esa zona, pero no puede ser identificado. De hecho, el individuo es muy popular en la zona. Y adelanta algo: “Hasta ahora he sido magnánimo porque conozco hace años a la gente. Pero me jefe me está presionando y algún día voy a tener que poner multa y hacer arrestos”.
De hecho, el alcalde del condado todavía no ha advertido públicamente de la posibilidad de los arrestos, algo que ya comenzó en Miami Beach, pero gente de su entorno ha confirmado a OnCuba que en la alcaldía ya está discutiendo los términos en que estos ocurrirán porque “la población no está cumpliendo con la cuarentena y el recogimiento a partir de las 11 pm, como debe de ser”.
En cuanto a la barbería, todo parece ser una confusión que será aclarada pronto, y que la sangre no llegará al río. Hay otros empleados y dueños de este tipo de establecimientos que tienen claro que hay que cerrar.
Jesús, así a secas, es uno de los socios de una barbería un poco más arriba en la calle Ocho, en la esquina de la avenida 137 del SW. Este martes estaba tomando un café en la ventanilla de la única cafetería abierta en esa zona, y confirmó que su establecimiento ha cerrado puertas. “Lo escuché en la televisión, en Telemundo creo, y le dije a mis socios que teníamos que cerrar. No tengo problemas en entender que no somos esenciales”, explica. Pero “tampoco voy a parar porque hay cuentas que pagar. Ahora estoy cortando pelo a domicilio”.
No le ha faltado trabajo. Jesús tiene muchos conocidos y clientes.