La localidad de Fort Lauderdale de Florida, ha sufrido en los últimos meses vertidos de aguas residuales de más de 800,9 millones de litros, equivalentes a 320 piscinas olímpicas, según el Sun-Sentinel.
El envejecido sistema de alcantarillado de la ciudad se rompió seis veces en diciembre y otras tantas en enero y febrero.
El vertido de las aguas residuales terminó contaminando el río Tarpon, el canal Himmarshee, el lago George English y calles en tres vecindarios.
En las últimas semanas, los equipos de reparación tuvieron que acudir de urgencia por una serie de roturas de cañerías.
Las autoridades advirtieron a la población para que hierva el agua de la pila antes de beber, lavarse los dientes, hacer hielo, fregar los platos o lavar zapatos.
Los funcionarios de la ciudad dicen que estas roturas no tienen que ver con la cantidad de personas que ahora las usa, incluidos los turistas que visitan esta localidad del sur de La Florida.
Ellos han afirmado que la antigüedad de las tuberías ha sido determinante pues muchas tienen más de 50 años.
“No creemos que la temporada turística y la ruptura de tuberías estén relacionadas”, dijo el administrador de la ciudad Chris Lagerbloom . “Estas son tuberías viejas que necesitan ser reemplazadas”.
El comisionado Steve Glassman se hizo eco de esa afirmación.
“Todos los expertos dicen que no es un problema de capacidad”, dijo. “Corrosión, no explosión. Es un problema de edad, de tuberías viejas”.