El hasta ahora jefe de policía de Miami, Art Acevedo, ha dejado de serlo. Pero como todo en la vida de los sainetes miamenses, aún no está claro si lo despidieron o renunció. Y todo esto por lo que él dice que fue un chiste incomprendido, pero que los políticos cubanoamericanos aseguran que fue un insulto.
Todo comenzó cuando al “chief” se le ocurrió decir en una reunión con sus agentes que “Miami está gobernada por la mafia cubana”. Ardió Troya. Los políticos y algunos lideres comunitarios lo acusaron de insensibilidad, de no saber que la expresión fue acuñada por el gobierno cubano para denigrar a los exiliados y, de ahí a acusarlo de “comunista” fue un paso. Fueron especialmente duros los comentarios de muchos oyentes de radio que acudieron furiosos ante los micrófonos complacientes de las emisoras “cubanas” de la ciudad.
A partir de ese momento, los concejales de Miami, en especial los tres de origen cubano, comenzaron a investigar el pasado de Acevedo, quien fue contratado por el alcalde Francis Suárez hace seis meses, y descubrieron hechos que les indignaron. Como por ejemplo, que una vez cuando ejercía el mismo cargo en Houston, Texas, se le ocurrió aparecerse en una fiesta de recaudación de fondos vestido de Elvis Presley y con unos pantalones tan ajustados que “se le veía su genitalia”, como dijo el concejal Joe Carollo, a quien el escritor Carl Hiassen bautizó como “Crazy Joe” allá por los inicios del siglo XXI, cuando Carollo era alcalde. Por cierto, a su principal adversario, Xavier Suárez, padre del actual alcalde de la ciudad y otro no menos singular personaje de la época, Hiassen le puso “Mayor Loco”.
Pero volviendo a Art Acevedo, este lunes el administrador de la ciudad, Art Noriega, anunció en la alcaldía que suspendió “al jefe de policía Art Acevedo con la intención de terminar su empleo”. Pero el supuesto despedido tiene otra versión de los hechos, según la cual el propio Acevedo presentó su renuncia.
De todos modos, en los estatutos de Miami la suspensión es el primer paso necesario en un proceso de destitución del jefe del departamento. “La relación entre el Jefe y la organización se ha vuelto insostenible y debe resolverse de inmediato”, aseveró Noriega en el comunicado. “En particular, la relación entre el Jefe y el Departamento de Policía que dirige, así como con la comunidad, se ha deteriorado sin remedio”, dijo y añadió que la ciudad buscará un nuevo líder y que el subjefe de policía Manny Morales asumirá el cargo de manera interina.
Por su lado, en una carta enviada al departamento de policía, Acevedo prometió seguir luchando. “Prometo continuar librando la buena batalla para librar al (departamento de policía) de la interferencia política del ayuntamiento que, lamentablemente, sigue afectando negativamente a esta organización”, dijo.
Lo de la “mafia cubana” es realmente un pretexto. En realidad, al estamento político de la ciudad nunca le gustó que Acevedo fuera contratado en otro estado y no proviniera de Miami. Entre otras razones, porque al llegar comenzó a cortas cabezas de agentes indisciplinados, acabó con casos de nepotismo y disciplinó a varios oficiales de policía, que habían cometido desde simples violaciones burocráticas hasta tener esa manía que hay en Miami del gatillo alegre.
La limpieza tocó muchas almas sensibles, principalmente el sindicato de policías que, históricamente, en los últimos años nunca tuvo buenas relaciones con todos los jefes que antecedieron a Acevedo.
Por demás, el “chief” también ha acusado a sus superiores, precisamente a los consejales, de interferir en las investigaciones policiales y ha comparado sus acciones con el comportamiento del gobierno en la Cuba comunista. “Si supiera que las cosas son así acá a lo mejor no hubiera salido de Cuba. Es como la policía castrista”, dijo. El jefe Acevedo nació en Cuba hace 59 años y llegó a los Estados Unidos de niño. Creció en el sur de California, donde dirigió la Patrulla de Caminos después de comenzar allí como oficial en 1986.
Acevedo es un policía “sui generis”. Ha marchado con manifestantes de Black Lives Matter y criticó las declaraciones del expresidente Donald Trump sobre los manifestantes. Además, atrajo la atención nacional el año pasado por hablar y estar de acuerdo con los defensores de la reforma judicial y policial, aunque ha sido acusado de no respaldar sus palabras con acciones y reformas en sus propios departamentos.
Estos tres tópicos siempre fueron muy controversiales en Miami y cuando el pensamiento “liberal” de Acevedo comenzó ser públicamente claro, principalmente en el Miami cubano, se sabía que su suerte estaba echada. Era una cuestión de tiempo. Así que tras dos días de férreos debates, que más parecieron monólogos, y la defensa que de Acevedo hicieron activistas afroamericanos, los concejales terminaron por suspenderlo, que en la práctica es un despido. Tan pronto recibió la noticia, el jefe presentó su renuncia.
Este martes ya no fue a la oficina, y no ha dado más declaraciones públicas. Y tampoco el alcalde Suárez, quien lo contrató hace seis meses con un sueldo de 430.000 dólares anuales.