La vacunación contra la COVID-19 en Florida — incluso en el condado Miami-Dade, que llegó a ser el área de mayor contaminación —, cobró fuerza después de que las autoridades disminuyeran las edades de inmunización y extendieran los centros de inoculación a las farmacias.
En una farmacia CVS, en la popular calle “Ocho” de la “Pequeña Habana”, la fila de candidatos en espera daba la vuelta a la manzana. La mayoría se mantenía bajo un sol inclemente, pero en apariencia satisfechos porque su momento de vacunarse había llegado. “Cuando me enteré de que bajaron la edad, me inscribí inmediatamente, y en menos de 24 horas me dieron el turno”, explica a OnCuba Ángela Silva, ama de casa de 56 años.
Su esposo ya había recibido la primera dosis por ser 10 años mayor; ahora le queda la segunda dosis, que recibirá la semana entrante. A principios de mes, cuando el programa estatal de vacunación provocó controversias por no haber sido muy claro y haber pecado de lentitud, mucha gente se quejó de que el programa era muy “injusto” porque, entre otras cosas, no priorizaba a las personas que convivían con familiares de avanzada edad. Además, las autoridades del condado y las estatales controlaban totalmente las inoculaciones.
Con el permiso concedido a farmacias, hospitales y clínicas para administrar alguna de las tres vacunas disponibles (Pfizer, Johnson & Johnson o Moderna), las colas aumentaron. Como dice una trabajadora de la farmacia CVS en cuestión, Martha Echeverría, la cantidad de pacientes “más que se duplicó”.
Florida tiene 19.3 millones de habitantes, de los cuales casi 430.000 viven en Miami-Dade. No obstante, estas cifras pueden aumentar cuando se divulguen los números del censo de este año. En Miami, la población pudiera alcanzar casi el medio millón.
De todos modos, la Florida se encuentra en el promedio nacional en términos de vacunas administradas. Poco más de 6.6 millones de floridanos fueron vacunados con la primera y segunda dosis, lo cual representa un 10.27 % de la población; o sea, se han administrado 30.791 vacunas por 100.000 habitantes.
Presionado por los demócratas y la opinión pública por haber priorizado la inoculación de los residentes de las zonas más pudientes, el gobernador Ron DeSantis decidió que bajaría la edad de inoculación a los 60 años a partir del lunes 15, aunque desde hace unas semanas ya se estaban aceptando inscripciones de personas con menos edad.
Sin embargo, es posible que el flujo de vacunas enviadas al estado sufra lentitud en su administración. Hasta el momento solo han llegado 179.000 dosis de la vacuna de Pfizer, la predominante en Florida, y unas 97.500 se están utilizando para vacunar al personal médico. Unas 60.450 fueron enviadas a las farmacias y 21.450 serán administradas en los asilos de ancianos, indicó DeSantis en un comunicado el mes pasado. De momento, una actualización de esta cifra no se encuentra públicamente disponible.
Una portavoz de la oficina del gobernador dijo el viernes por la noche a OnCuba que “quizás” la semana entrante la cantidad de vacunas disponible pudiera ser actualizada.
“Le estamos diciendo al público que se registre en nuestro sitio web myvaccine.fl.gov o llame al 1-866-200-3468. Una vez cumplida esta etapa, el candidato o candidata recibirá una llamada telefónica para acordar el día de la inoculación”, agregó la portavoz Pam Cartright.
De todos modos, se sabe que decenas de personas han recibido al menos la primera dosis de las vacunas sin que hayan alcanzado la edad mínima. “Aunque las farmacias tienen que recibir candidatos con la edad mínima, como el proceso de inscripción es diferente del que está siendo administrado por el estado de Florida, aun siendo a través de Internet, atienden a cualquier paciente porque reciben cierta cantidad de fondos públicos”, aseveró a OnCuba el doctor Silverio Rodríguez, médico de una clínica privada en Fort Lauderdale.
A pesar de que la vacunación es gratuita para el público, las entidades privadas, farmacias o clínicas, son pagadas por el Estado por prestar el servicio de vacunación.
Aunque es difícil de determinar si la disminución de las cifras de contaminación por COVID-19 se debe a las vacunaciones, hasta este sábado en Florida se habían registrado casi dos millones de casos, con 82.000 hospitalizaciones y 32.145 fallecidos.
En el condado Miami-Dade los casos suman hasta la fecha 426.149 con 5.651 fallecidos, cifras que indican algunos progresos en el comportamiento del virus en la localidad. Hace un mes se registraba un promedio de 10.000 nuevos casos diarios. Actualmente la cifra ha disminuido a alrededor de 5.000 casos por día.
A pesar de ese escenario aparentemente más favorable, las autoridades de salud siguen advirtiendo que tanto los residentes como los visitantes deben mantener la distancia social, usar mascarillas, tanto dentro como fuera de casa, y evitar las reuniones de más de 10 personas.