Funcionarios del Departamento de Estado dijeron al Huffington Post que el secretario de Estado, Antony Blinken, y sus asesores principales estarían ignorando “la frustración interna generalizada” frente a la política de Estados Unidos de cara al conflicto entre Israel y Palestina.
Miembros del staff del departamento a cargo de las relaciones exteriores de los Estados Unidos dijeron que Blinken y su equipo no parecen interesados en la asesoría de sus propios expertos al concentrarse en apoyar la operación de Israel en Gaza, que los últimos días se ha intensificado y extendido a Cisjordania y el sur del Líbano.
“Básicamente se está gestando un motín dentro del Estado en todos los niveles”, dijo una de las fuentes al medio de prensa. Dos funcionarios dijeron al HuffPost que los diplomáticos preparan un “cable disidente”, como se conoce en la agencia a un documento que critica la política estadounidense y que llega a los líderes a través de un canal interno protegido.
Dentro del Departamento de Estado se les considera declaraciones de serios desacuerdos en momentos históricos clave. Desde la guerra de Vietnam, cuando se usó por primera vez, los diplomáticos han empleado la vía del cable disidente para llamar la atención si consideran que Estados Unidos está tomando decisiones peligrosas y contraproducentes en su política exterior.
Josh Paul, funcionario del Departamento de Estado, anunció esta semana su renuncia. Después al cabo de una década como especialista en acuerdos de armas. Dijo que le era moralmente imposible apoyar la posición de Estados Unidos de abastecer la campaña bélica israelí.
Paul publicó que muchos colegas lo habían apoyado y confesado que “sienten lo mismo y que es muy difícil para ellos”.
Tanto Biden como Blinken han hablado en público sobre “el derecho de Israel a defenderse” y a la vez, de su expectativa de que el país “respete todo el derecho internacional”.
Homólogos de los gobiernos árabes han dicho a funcionarios del Departamento de Estado que Estados Unidos se arriesga a perder apoyo en su región durante una generación, según el HuffPost.
“Mi mensaje a cualquier Estado o grupo hostil que esté pensando en atacar Israel sigue siendo el mismo: No. No. No”, dijo Joe Biden en Tel Aviv esta semana. Washington por un lado llama de forma discreta a la contención de Israel y prioriza los intentos por permitir entrada de ayuda humanitaria en Gaza; por otro, intensifica su presencia militar en el Mediterráneo (2 mil efectivos, 2 portaviones y 135 cazas) para disuadir a Irán y otros países de intervenir en el conflicto, y además respaldar a su aliado histórico en el área.
Tanto Blinken como el presidente Biden han visitado recientemente Tel Aviv, y expresado su apoyo a Israel, donde 1 400 personas murieron en el ataque de Hamás el 7 de octubre. Desde el inicio de la guerra de Israel contra la organización terrorista, más de 4 600 personas han muerto por ataques o bombardeos de Israel en Gaza. De ellas, al menos el 70 % son civiles, según el Ministerio de Sanidad de Palestina. De acuerdo con el portavoz del ejército israelí, 212 sería la cifra de rehenes israelíes y de otras nacionalidades en manos de Hamás.
“Deprimidos y enojados por todo esto”
Las tensiones y el ambiente de frustración en el Departamento se expresan de distintas maneras. Un funcionario aseguró que sus colegas estaban “deprimidos y enojados por todo esto”. Otro describió como resignados a algunos miembros del personal. Añadió que durante una reunión uno de sus compañeros lloró por sentir que “las declaraciones políticas de Estados Unidos enfatizaban el apoyo a Israel por encima de las vidas de los palestinos”.
HuffPost reveló días atrás que la dirección del Departamento de Estado disuadió en privado al personal en torno a utilizar tres expresiones en sus declaraciones públicas: “desescalada/alto el fuego”, “fin de la violencia/derramamiento de sangre” y “restablecimiento de la calma”.
Aparentemente, hay descontento entre el personal de más experiencia internacional con el approach de Biden, en especial con la sensación de que Estados Unidos hará poco para garantizar la moderación israelí.
Efecto paralizador en el trabajo
Según HuffPost, a expertos en asuntos globales y en particular los vinculados con el mundo musulmán y tienen temores de ser atacados, han estado preocupados durante mucho tiempo por que se les considere no neutrales sobre Israel y Palestina.
Sarah Harrison, de la organización sin fines de lucro Crisis Group y exfuncionaria del Pentágono y del Departamento de Seguridad Nacional, asegura que esa ansiedad con frecuencia afectó la formulación de políticas. “Es un ambiente cultivado tanto por administraciones demócratas como republicanas”, escribió en X. “Si trabajas en el gobierno federal y cuestionas cualquier cosa que haga Israel, eres marginado y silenciado”.
Personal de la Administración Biden dijo al HuffPost que la situación tiene un efecto paralizador en el trabajo. Una fuente dijo que había “una cultura de silencio” en torno a Israel-Palestina. Otra persona dijo que se sentía “avergonzada” de trabajar dentro del Gobierno de Estados Unidos en este momento.
Blinken regresó a Washington el miércoles tras un recorrido de cinco días por el Medio Oriente y encuentros con autoridades de siete países. Según HuffPost, no está claro si comprende la crisis de moral que atraviesa su Departamento.
Y si visitan Cuba y palpan a quiénes afecta de verdad el bloqueo estadounidense y en qué medida, sin ninguna razón, entonces se deprimirán completamente.