Joe Biden dijo que Elizabeth Warren era “irritable e inflexible”. Lejos de molestarse, ella tildó a Biden de “inocente” por pensar que podía trabajar con los republicanos como presidente. Pidió a los demócratas no elegir a un “representante de Washington” como candidato a la presidencia y durante varias semanas se negó a apoyar a Biden luego de abandonar la contienda.
Hoy, sin embargo, esa animosidad pasó al olvido.
Warren, senadora progresista, es una insospechada confidente y asesora de Biden, quien tiene asegurada la nominación demócrata. Hablan cada diez días aproximadamente, según colaboradores que pidieron no ser identificados por no estar autorizados a comentar esa relación. Esas charlas dan a Warren la oportunidad de promover ciertas políticas ante Biden, quien se postuló como centrista.
Adoptó planes apoyados por Warren en relación con bancarrotas de individuos, la expansión de los beneficios del Seguro Social y la cancelación de las deudas por préstamos estudiantiles de millones de personas. También ayudó a formular propuestas para la recuperación económica una vez superada la pandemia del coronavirus.
Warren, por su parte, le da a Biden un sello de aprobación de parte de una de las grandes figuras del movimiento progresista y a menudo participa en sus actos de campaña, incluido uno que recaudó 6 millones de dólares. Solo Barack Obama logró una suma más alta.
No es inusual que los aspirantes derrotados se sumen a la campaña del vencedor. Pero el acercamiento entre Warren y Biden es particularmente llamativo, dado que nunca tuvieron una relación demasiado estrecha. E ilustra el lado pragmático de Warren.
Biden prometió elegir a una mujer como compañera de fórmula y recibe fuertes presiones para que sea de raza negra. Warren es blanca, pero está en el selecto grupo del que saldrá la candidata a vicepresidenta. Si no es elegida, podría servir como secretaria del Tesoro o liderar la Reserva Federal. El término de Jerome Powell, el actual líder de la Reserva, se completa en el 2022.
Adam Greene, allegado a Warren, dijo que el impacto del coronavirus en la salud y la economía le dan mayor relevancia a las propuestas que planteó ella durante la campaña. Agregó que Warren “sabe negociar con quienes tienen el poder y sacar los mejores resultados posibles”, sin importar “las cartas que le tocaron”.
Su pragmatismo hizo que incorporase algunas propuestas de sus rivales a su plataforma durante la campaña, en la que entabló una fuerte amistad con Julián Castro, quien luego hizo campaña por ella.
También tuvo fuertes entredichos con Pete Buttigieg y criticó despiadadamente a Mike Bloomberg en un debate en Las Vegas, en lo que fue principio del fin para la candidatura del ex alcalde de Nueva York.
Warren llegó a ser la favorita de las primarias demócratas por breve tiempo, pero con el correr del tiempo su candidatura se desinfló.
Irónicamente, la opinión pública empezó a conocer a Warren cuando tuvo un fuerte choque con Biden durante una audiencia legislativa en torno a leyes de bancarrotas en el 2005. Ella enseñaba en la Universidad de Harvard por entonces y el episodio concluyó con Biden diciéndole “usted es muy buena profesora”.
Más adelante Warren propuso la creación de un Buró de Protección Financiera del Consumidor y cuando se debatía el tema en el Congreso en el 2010, dijo que una versión diluida del proyecto le parecía inaceptable.
Warren afirmó que prefería “que no se creara ningún organismo y que hubiera mucha sangre y dientes derramados en el piso”. La agencia fue creada finalmente, pero el gobierno de Obama no le dio su dirección por temor a las divisiones que generaba.
El veterano dirigente republicano Colin Reed describió a Warren como “alguien que no quiere ser flexible ni transar a propósito de nada”, pero que ahora “está ayudando a un tipo que, en otra vida, la trató con bastante desdén”.
Durante una recaudación de fondos virtual que hizo para Biden el mes pasado, Warren contó que el exvicepresidente la llamó luego de la muerte de su hermano por el coronavirus, “cuando yo necesitaba apoyo y consuelo”. El momento fue tan íntimo, a pesar de que fue en una videoconferencia, que Biden en determinado momento le dijo “Elizabeth” antes de recobrar la compostura y volver al más formal “senadora Warren”.
“Somos muy afortunados de tenerte en el frente del combate”, le dijo Biden.