Un juez federal en Texas emitió este viernes una orden judicial preliminar que impide que la Casa Blanca exija que los trabajadores federales se vacunen contra el coronavirus, aunque el fallo se produjo meses después de que la propia Casa Blanca dijera que el 95% de los trabajadores federales ya lo cumplían.
En septiembre, el presidente Joe Biden anunció que más de 3.5 millones de trabajadores federales debían vacunarse antes del 22 de noviembre, y puntualizó que no habría opción para hacerse la prueba con regularidad, aparte de algunas exenciones religiosas o médicas.
Después de pasada la fecha límite, la Casa Blanca reveló que más del 95% de los trabajadores federales cumplían esa obligatoriedad. Y este viernes agregó que la cifra subió al 98%, pese a un grupo que han buscado exenciones médicas o religiosas.
“Confiamos en nuestra autoridad legal”, dijo Jen Psaki, secretaria de Prensa de la Casa Blanca, después del fallo del juez.
El juez de Texas, Jeffrey Brown, dictaminó que era probable que los opositores al mandato tuvieran éxito en el juicio y bloqueó que el gobierno hiciera cumplir el requisito. El magistrado fue designado por el presidente Donald J. Trump en 2019.
En una demanda presentada por el grupo Feds for Medical Freedom, Brown precisó que su fallo no se trataba de si las personas deberían vacunarse contra el coronavirus. De hecho, “el tribunal cree que deberían hacerlo”.
Pero, dijo, “se trata más bien de si el presidente puede, de un plumazo y sin la opinión del del Congreso, exigir que millones de empleados federales se sometan a un procedimiento médico como condición para su empleo”, escribió en su fallo de 20 páginas. Eso, dijo, era ir “demasiado lejos”.
En opinión del juez, algunas medidas menos invasivas podrían proteger la salud pública como el uso de máscaras, el distanciamiento social y el trabajo desde la casa.
La semana pasada, la Corte Suprema impidió que la administración Biden hiciera cumplir la obligatoriedad de la vacuna o prueba para los grandes empleadores, lo cual asestó un golpe a un elemento clave del plan oficial para lidiar con la pandemia a medida que aumentan los casos de la nueva variante del coronavirus.
En este caso, los jueces conservadores consideraron que la política era una imposición inapropiada sobre la vida y la salud de muchos estadounidenses.
Sin embargo, la corte permitió una obligatoriedad más modesta que exige vacunarse a los trabajadores de la salud en las instalaciones que reciben dinero federal.
El tercer requisito sobre vacunas de la administración, dirigido a empleados de contratistas federales, fue bloqueado por un juez federal en diciembre.
Por otro lado, las vacunas de refuerzo de Pfizer y Moderna no solo evitan infecciones con la variante Ómicron, sino también que los estadounidenses afectados terminen en el hospital, según datos publicados el viernes por el Centro de Control y Prevención de Enfermedades (CDC, por sus siglas en inglés).
Las dosis adicionales tienen una efectividad del 90% contra la hospitalización con la variante, informó la agencia. Pero las vacunas de refuerzo también redujeron la probabilidad de llegar a una sala de emergencia. Las dosis adicionales fueron más efectivas contra la infección y la muerte entre los estadounidenses de 50 años o más, mostraron los datos.
En general, los nuevos datos muestran que las vacunas protegieron a los pacientes más contra la variante Delta que contra Ómicron. Según los estudios de laboratorio, esta es parcialmente capaz de eludir la respuesta inmune del cuerpo, o sea, no evita el contagio pero sí el agravamiento.
“Los datos de otros países también han mostrado un beneficio significativo de recibir el refuerzo, pero esto realmente lo demuestra en Estados Unidos”, dijo Akiko Iwasaki, inmunóloga de la Universidad de Yale, sobre las cifras publicadas hoy viernes. “Estos números deberían ser muy convincentes”.
El jueves por la noche los CDC publicaron datos adicionales mostrando que en diciembre los estadounidenses de 50 años o más no vacunados tenían unas 45 veces más probabilidades de ser hospitalizados que quienes estaban vacunados y recibieron una tercera inyección.
Sin embargo, menos del 40% de los estadounidenses completamente vacunados que son elegibles para una vacuna de refuerzo la han recibido.
Los resultados del viernes se basan en tres nuevos estudios dirigidos por los CDC. En uno, los investigadores analizaron las hospitalizaciones y las visitas a los departamentos de emergencia y clínicas de atención urgente en 10 estados desde el 26 de agosto de 2021 hasta el 5 de enero de 2022.
La efectividad de la vacuna contra la hospitalización con la variante Ómicron se redujo a solo un 57% en las personas que habían recibido su segunda dosis más de seis meses antes. Una tercera dosis llevó esa protección al 90%.
No está claro si la protección de los refuerzos también podría disminuir como sucedió después de dos inyecciones, anotó Natalie Dean, bioestadística de la Universidad de Emory. “Solo tenemos que reconocer que todas estos estimados de la protección de la tercera dosis de Ómicron van a ser personas que han recibido un refuerzo recientemente”, afirmó.