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El acusado de intentar asesinar a Donald Trump el año pasado en su campo de golf de Florida fue declarado culpable el martes.
El jurado declaró culpable a Ryan Routh de todos los cargos que enfrentaba tras dos horas de deliberación. Routh había sido acusado de intento de asesinato contra un to presidencial, posesión de un arma de fuego para perpetrar un delito violento, agresión a un agente federal, posesión de un arma de fuego y municiones como delincuente convicto y posesión de un arma de fuego con número de serie borrado.
Se declaró inocente de los cargos y se defendió a si mismo. La fiscalía afirmó que Routh pasó semanas planeando asesinar a Trump antes de apuntar con un rifle a través de los arbustos mientras jugaba al golf el 15 de septiembre de 2024 en su club de West Palm Beach.
Routh declaró al jurado que no tenía intención de matar a nadie ese día. “Me cuesta creer que se cometiera un delito si nunca se apretó el gatillo”, declaró. Señaló que podía ver a Trump mientras se dirigía aldel sexto hoyo del campo de golf y señaló que también podría haberle disparado a un agente del Servicio Secreto que lo confrontó si hubiera tenido la intención de dañar a alguien.
Routh, de 59 años, ejerció su derecho constitucional a no testificar en su propia defensa. Concluyó su alegato el lunes por la mañana tras interrogar a solo tres testigos —un experto en armas de fuego y dos testigos de carácter— durante un total de aproximadamente tres horas. Los fiscales pasaron siete días interrogando a 38 testigos.
Routh era un trabajador de la construcción de Carolina del Norte que en los últimos años se había mudado a Hawái.. En los primeros días de la guerra de Rusia en Ucrania, Routh intentó reclutar soldados de Afganistán, Moldavia y Taiwán para luchar contra los rusos.
Además de los cargos federales, Routh también se declaró inocente de los cargos estatales de terrorismo e intento de asesinato.
Tras anunciarse el veredicto, y cuando el jurado comenzó a abandonar la sala, Routh agarró un bolígrafo e intentó apuñalarse en el cuello, lo que provocó la intervención de los custodios federales.
Lo sacaron a rastras de la sala, mientras su hija, Sara Routh, gritaba: “Papá, te quiero, no hagas nada”, le dijo. “Te sacaré de aquí. No le hizo daño a nadie”.