La Casa Blanca enfrenta una dura condena de los demócratas por su manejo de la afluencia de migrantes haitianos en la frontera sur de Estados Unidos, luego de que esta semana se volvieran virales imágenes de agentes de la Patrulla Fronteriza a caballo usando tácticas agresivas contra ellos.
El video y las fotos de esos agentes maniobrando sus caballos para bloquear y desplazar por la fuerza a los migrantes haitianos que intentan cruzar la frontera ha provocado críticas de los demócratas en el Capitolio, que están pidiendo al gobierno de Biden poner fin a la práctica de deportarlos sin darles la oportunidad de solicitar asilo en Estados Unidos.
Al mismo tiempo, la administración sigue enfrentándose a ataques de los republicanos, quienes sostienen que Biden no está haciendo lo suficiente para lidiar con lo que llaman una crisis en la frontera. Como reflejo de la urgencia del problema político para la administración, el jefe de Seguridad Nacional, Alejandro Mayorkas, dijo el martes que las imágenes lo “horrorizaron”, un aparente cambio de tono con respecto al día anterior, cuando él y otros funcionarios eran más optimistas sobre la situación en la frontera.
Se trata de una posición sumamente incómoda para la administración, encabezada por un presidente que se ha opuesto a la dureza de su predecesor. Pero es un tema complejo que ninguna administración ha podido solucionar durante décadas. Y Biden está atrapado entre intereses en conflicto de transmitir compasión mientras se enfrenta a una multitud de migrantes que llegan al país ilegalmente en busca de una vida mejor.
El Título 4 fue implementado por la administración Trump en marzo de 2020 para justificar políticas de inmigración restrictivas en un esfuerzo por prevenir la propagación del coronavirus. Pero la administración Biden lo ha utilizado para justificar la deportación de inmigrantes haitianos que en los últimos días han establecido un campamento en y alrededor de la pequeña ciudad de Del Río, Texas.
La disposición otorga a los funcionarios de salud federales poderes durante una pandemia para tomar medidas extraordinarias para limitar la transmisión de una enfermedad infecciosa. La semana pasada un juez federal dictaminó que la regulación era inadecuada y le dio al gobierno dos semanas para detener su implementación, pero el lunes pasado la administración Biden la apeló. “La administración Biden rechazando esta suspensión de las expulsiones es otro ejemplo de promesas incumplidas de tratar a los migrantes con respeto y humanidad cuando llegan a nuestras fronteras para ejercer su derecho fundamental al asilo”, dijo Karla Marisol Vargas, abogada de Texas Civil Rights.
El presidente de la NAACP, Derrick Johnson, exigió una reunión con Biden para discutir la situación y calificó el trato dado a los migrantes haitianos de “absolutamente repugnante”. “La crisis humanitaria que está ocurriendo bajo esta administración en la frontera sur refleja de manera repugnante algunos de los momentos más oscuros de la historia de Estados Unidos”, dijo en un comunicado.
El líder de la mayoría en el Senado, Chuck Schumer, dijo que las imágenes del trato a los migrantes le “revuelven el estómago”” y pidió a la administración suspender las políticas “odiosas y xenófobas” de Donald Trump. “Las políticas que se están promulgando ahora, y el tratamiento horrible de estas personas inocentes que han llegado a la frontera, deben detenerse de inmediato”, dijo en el Senado.
Más de 6 000 haitianos y otros migrantes han sido sacados del campamento en Del Río, y Mayorkas predijo un “cambio dramático” en el número de migrantes allí dentro de los próximos dos a cuatro días mientras la administración continúa el proceso de expulsión.
Biden dio un discurso en la Asamblea General de la ONU pidiendo que la comunidad global se uniera para defender los derechos humanos y combatir la injusticia en todo el mundo, declarando, “el futuro pertenecerá a aquellos que abrazan la dignidad humana, no pisotearla”.
Esos comentarios contrastaron con las imágenes de los agentes de la Patrulla Fronteriza a caballo. El propio Biden pareció reconocer el desafío que enfrenta su administración con la inmigración, y ofreció una respuesta corta cuando un reportero le preguntó después de sus comentarios en la ONU que ofreciera su reacción a las imágenes. “Lo tendremos bajo control”, insistió.
La vicepresidenta Kamala Harris también intervino y le dijo a los periodistas en Washington que estaba “profundamente preocupada” por las imágenes y que planeaba hablar con Mayorkas sobre el problema.