El anuncio e implementación de la política de tolerancia cero, y la separación de más de 2,000 niños de sus padres, ha sido uno de los temas de más actualidad en los Estados Unidos. La administración Trump, que parece actuar solamente en función de quienes votaron por el candidato republicano y no tomar en cuenta otros factores, aparentemente no calibró, o calibró mal, el impacto de esa política de separación familiar en amplios sectores políticos y sociales, de republicanos y demócratas a organizaciones de inmigrantes y de derechos humanos.
La reacción fue tan viral y enérgica, que el presidente, hasta ese momento empeñado en responsabilizar a los demócratas por ese acto, el pasado 20 de junio no tuvo más remedio que firmar a una orden ejecutiva para detener la separación de los niños que entraron por la frontera. Antes había dicho que no podía hacer nada, pero la revirtió de un plumazo, como decían que podía hacer. Otra mentira que va a su cuenta, ya de por sí bastante numerosa.
Pero el problema no termina ahí.
Por una parte, la orden no puso fin a la política de referir a todos los migrantes atrapados ilegalmente que cruzan la frontera para su enjuiciamiento penal. Estableció que la administración “aplicará rigurosamente” las leyes de inmigración e “iniciará los procedimientos” en consecuencia. Después de firmarla, el Presidente reafirmó que los funcionarios tendrían tolerancia cero con las personas que cruzan la frontera de manera ilegal.
Por otra, a estas alturas no se sabe con certeza cómo esta administración, que hasta ahora ha sido un modelo de muchas cosas, pero no de orden ni de racionalidad interna, pueda lidiar de manera satisfactoria y efectiva con la reunificación familiar y otros problemas derivados.
Esto explica las movilizaciones populares, posiblemente las más sonadas de todas las anteriores en la Unión. Más de 700 marchas en lugares tan disímiles como Nueva York y Wyoming, a menudo en las antípodas en cuanto a inmigración se refiere. En la primera, miles de personas comenzaron a gritar shame (“¡vergüenza!”) y “¡paren la detención!” antes de su marcha en el puente de Brooklyn. Varios grupos defensores de inmigrantes dicen estar tan emocionados como sorprendidos de ver el terreno que va ganando la inmigración entre personas hasta ahora sin mucho interés en el tema. “Honestamente, estoy sorprendido. Literalmente nunca he visto a tantos estadounidenses presentarse a favor de los inmigrantes de esta forma”, dijo Jess Morales Rocketto, directora política de la Alianza Nacional de Trabajadoras del Hogar, que representa a niñeras, sirvientas y cuidadoras, muchas de ellas inmigrantes. “Escuchamos una y otra vez, si fuera mi hijo, quisiera que alguien hiciera algo”.
Mientras tanto, el presidente está en el Trump National Golf Club, su complejo privado en Bedminster, Nueva Jersey. De acuerdo con trascendidos oficiales, no tiene eventos públicos este fin de semana, pero algunos manifestantes decidieron ir a visitarlo. Más de cien se alinearon a lo largo de la Ruta 206, a pocos kilómetros del club presidencial aludido, agitando carteles y gritando “¿Dónde están los niños?”.
“Nos vemos en noviembre”, rezaba un cartel aludiendo a las próximas elecciones de medio término.
Barack Obama ha declarado en un evento que espera que para entonces Nancy Pelosi vuelva a ser speaker de la mayoría demócrata.
Orgulloso estoy de la democracia de este gran pais que me tomo como a una hija y me otorgo la ciudadania, que hermoso ver como parte del pueblo sale a las calles y le grita VERGUENZA al presidente y lo amenaza con votar en contra de el en noviembre. Yo estoy de acuerdo con Trump en muchas cosas y en otras no pero me siento feliz de ver la libertad de la que disfrutan todos en este pais. Ojala y algun dia en Cuba podamos disfrutar de esa libertad, de esos derechos, de esa democracia y que jamas un cubano sea reprimido , que jamas oigamos que hay un cubano joven, cientifico como Ariel Ruiz Urquiola en huelga de hambre luchando por su libertad. Viva la Democracia y que llegue a Cuba de una vez y para siempre.
Así mismo es Alina yo ya he vivido en dos países Costa Rica y USA y he visto el poder que tiene la Sociedad Civil para cambiar y objetar al poder , la prensa y todos los medios de comunicación y la maravilla del Internet libre y abierto. Tristemente en Cuba en nombre de un socialismo que nunca ha existido y un absoluto secuestro de los Derechos Humanos fundamentales se ha suprimido el poder transformador de la protesta cívica para mantener una cúpula corrupta y retrograda en el poder que goza de privilegios y estilo de vida que nada tiene que envidiar a las oligarquías que ellos desplazaron. Cuba es un régimen totalitario represivo que cierra la boca y la libertad de sus ciudadanos por eso tres generaciones de cubanos no saben lo q ue es vivir en libertad