El senador republicano de origen cubano Marco Rubio estaría por convertirse el secretario de Estado en la nueva administración de Donald Trump, de acuerdo con diversas fuentes.
Importantes medios como The New York Times, CNN y la agencia Bloomberg, apuntan que Rubio, de 53 años, probablemente se convierta en el primer estadounidense de origen latino en ocupar la jefatura de la diplomacia en ese país.
Hasta el momento de publicarse esta nota su nombramiento no se había hecho oficial y, de acuerdo con un fuente cercana al equipo de Trump, citada por CNN, hasta que no se haga la oferta formal el próximo mandatario podría cambiar de opinión.
Rubio, que llegó al Congreso en 2010, mantiene una agenda que lo retrata como un conservador de pies a cabeza: defensor de la familia tradicional —tiene cuatro hijas con su esposa Jeannette— y opositor al aborto —aún en casos de violación— o al matrimonio gay.
Asimismo, se declara un cruzado contra el excesivo peso del Estado y, sobre todo, del gasto público para sostener programas de ayuda a los menos favorecidos.
De ascendencia cubana e hijo de un padre camarero y una madre moza de limpieza de hotel —trabajos que asumieron como emigrantes al llegar a Estados Unidos en 1956—, Marco Rubio se licenció en derecho gracias a una beca y se lanzó a una fulgurante carrera política que ahora lo colocaría dentro del equipo de trabajo más próximo al presidente.
Según los analistas, Rubio es la opción más radical en la lista de opciones de Trump para secretario de Estado, y ha abogado por una política exterior punitiva con respecto a naciones tachadas de enemigos de Estados Unidos, como China, Irán, Venezuela, Nicaragua y Cuba.
Para el cargo también han sonado nombres como el exdirector de inteligencia nacional Rick Grenell, embajador en Alemania entre 2018 y 2020 y muy cercano a Trump, y el senador Bill Hagerty, que estuvo al frente de la embajada estadounidense en Japón.
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Ucrania
En recientes entrevistas, Rubio, un convencido de la necesidad de una OTAN unida y fuerte, ha manifestado que Ucrania necesita buscar un acuerdo negociado con Rusia en lugar de centrarse en recuperar todo el territorio —alrededor de 20%— que Moscú ha tomado en la última década.
En tal sentido, fue uno de los 15 senadores republicanos que votaron en contra de un paquete de ayuda militar de 95 000 millones de dólares para Ucrania, aprobado en abril.
“No estoy de parte de Rusia, pero por desgracia la realidad es que la guerra en Ucrania va a terminar con un acuerdo negociado”, declaró en septiembre a la cadena NBC.
El legislador de origen cubano fue uno de los tres aspirantes finales a la vicepresidencia de Trump, pero el ahora presidente electo se decantó finalmente por el senador de Ohio JD Vance, una figura de la derecha dura conocida por sus posiciones aislacionistas en política exterior, recordaron medios internacionales.
Cuba en la mira
Rubio es vicepresidente del Comité Selecto de Inteligencia Exterior del Senado y también forma parte del Comité de Relaciones Exteriores de dicha cámara.
Para La Habana fue uno de los animadores más porfiados en la activación de más de 200 medidas contra Cuba durante el primer gobierno de Trump, incluyendo la entrada de la isla en la lista del Departamento de Estado de naciones patrocinadoras de terrorismo, lo que ha supuesto más zancadillas y cerrojos financieros a la maltrecha economía cubana.
Un artículo publicado en 2017 por Frank Caputo en la revista Politico, narró como Rubio aconsejó y asesoró a Trump para desmantelar la urdimbre tejida por la administración Obama en el Departamento de Estado para aplicar un nuevo enfoque estratégico hacia Cuba.
“Ese consejo de Rubio probablemente marca el momento en que la política de Trump hacia Cuba alcanzó velocidad de escape”, escribió Caputo, basado en entrevistas con ocho funcionarios que ayudaron a elaborar o tenían conocimiento de dicha política.
En 2018, el senador dio por hecho la presunta implicación cubana en el llamado Síndrome de La Habana, al refutar las declaraciones de su colega republicano Jeff Flake sobre la ausencia de evidencia sobre supuestos ataques sónicos perpetrados contra funcionarios estadounidenses destacados en la isla.
En 2019, Rubio responsabilizó al Gobierno cubano del embargo impuesto por Washington desde 1962, lo que motivó la réplica del presidente Díaz-Canel en un intercambio de tuits.
“Es el Gobierno de Cuba que ha mantenido el embargo, porque bajo la ley de EEUU el embargo termina si hay: elecciones libres, justas y multipartidistas, libertades civiles, el derecho de poseer y disfrutar de la propiedad privada y un poder judicial independiente”, dijo entonces el legislador.
Además, Rubio ha sido crítico de las tibias medidas tomadas por la Administración Biden sobre Cuba y de programas del gobierno demócrata como el parole humanitario, que ha posibilitado la llegada de más de 100 mil cubanos a Estados Unidos.
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Israel y su programa de colonización
Confesionalmente católico, Marco Rubio es un firme defensor de Israel y sus políticas de colonización, mediante asentamientos de colonos en el territorio ocupado de Cisjordania, por lo que ha objetado las condenas de la ONU en este particular.
En una entrevista tras la victoria electoral de Trump, el político cubanoamericano dijo a la CNN que Estados Unidos estaba entrando en “una era de política exterior pragmática”.
“Los adversarios se están uniendo, en Corea del Norte, Irán, China, Rusia, y cada vez se coordinan más. Va a requerir que seamos muy pragmáticos y sabios en cómo invertimos en el extranjero y en lo que hacemos”, argumentó.
Entretanto, el presidente electo designó a la congresista Elise Stefanik como futura embajadora ante la ONU y ofreció el influyente puesto de consejero de seguridad nacional al congresista por Florida Mike Waltz.
De ese modo, los cargos más relevantes de la política exterior estadounidense se completarían con la designación de Rubio.
Otros puestos ya definidos son el de Susie Wiles, como jefa de Gabinete; Tom Homan, como nuevo “zar de la frontera”; Stephen Miller, como subdirector de política de la Casa Blanca —considerado el arquitecto de la estrategia de deportaciones masivas de inmigrantes—; y el excongresista Lee Zeldin, al frente de la cartera de la Agencia de Protección Ambiental.
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Adiós a viejas rencillas
Tras filtrarse la noticia del supuesto nombramiento de Rubio, varios medios coinciden en que han sido superados los tiempos en que Trump menospreciaba al senador de origen cubano.
El exmandatario y próximo presidente llamaba al legislador “el pequeño Marco”, cuando era su rival más prominente en las primarias presidenciales republicanas de 2016.
Rubio, cansado de ese desprecio, se plantó en un mitin y espetó: “Ya saben lo que dicen de los tipos con manos pequeñas. ¡No te puedes fiar de ellos!”.
Ahora todo eso ha quedado atrás y es fiambre de prensa.