La Conferencia General Metodista Unida, evento que se celebra cada cuatro años en EE.UU., se realizará del 23 al 26 de febrero en Saint Louis, Missouri. Esta vez, ha convocado una sesión especial para poner a votación un plan sobre el matrimonio entre personas del mismo sexo y la aceptación de pastores LGBTQ dentro de la denominación.
La Conferencia General es el principal órgano de formulación de políticas de la Iglesia Metodista Unida.
De acuerdo con el anuncio oficial, “el propósito será recibir y actuar sobre un informe de la Comisión sobre el camino a seguir partiendo de las recomendaciones del Consejo de Obispos. Se autorizó a la Comisión a examinar los párrafos del Libro de la Disciplina sobre la sexualidad humana y explorar opciones para fortalecer la unidad de la iglesia”.
En Colleyville, un suburbio entre Dallas y Forth Worth, Texas, la pastora Katie Lewis tiene un grupo de estudio sobre sexualidad humana y matrimonio entre personas de un mismo sexo, al que asisten 26 miembros de la Iglesia Metodista Unida. Personas blancas, en su mayoría de mediana edad, con opiniones sobre el tema que varían de manera dramática.
Uno de los participantes dijo que debía aceptar el clero LGBTQ y el matrimonio entre personas del mismo sexo debido a la presión de miembros “más liberales” de las costas este y oeste. Otros, sin embargo, lo desaprobaron.
Lewis dirige la discusión grupal utilizando la Biblia y el Libro de Disciplina, ley y doctrina de la Iglesia Metodista Unida. La pastora estimula a los assitentes a pensar cómo sus experiencias de vida han incidido sobre sus opiniones y percepciones sociales.
¿Será que la iglesia Metodista Unida de los Estados Unidos permanecerá unida después de la conferencia general que definirá que personas LGBTQ sean o no parte de los ministerios?
— FrailejonA-na (@Anadecuada) February 13, 2019
De acuerdo con feligreses, pastores y estudiosos, la Iglesia Metodista Unida se enfrenta a la posibilidad de un cisma justamente por esa votación. Parece inevitable que muchos la abandonen debido a la polarización que desata el tema. Y es hasta posible que congregaciones enteras se vayan del metodismo por sus posiciones conservadoras al respecto.
Después de la Conferencia General de 2016 la Comisión del Camino a Seguir fue nombrada para estudiar las Escrituras y elaborar planes que aborden la sexualidad en las iglesias metodistas unidas de todo el mundo.
De los tres planes más destacados, el Consejo de Obispos recomienda uno que permitiría a las iglesias y a los pastores tomar decisiones partiendo de las características concretas de sus congregaciones. Esto significa que a los pastores metodistas unidos se les permitiría –aunque no se les exigiría– oficiar matrimonios entre personas del mismo sexo, los que no se realizarían en la iglesia a menos que la congregación vote para aprobarlos.
El plan también permitiría que en el metodismo se ordenen a pastores LGBTQ. Se pondría a disposición un obispo adicional si el asignado se sintiera incómodo con eso.
Se fortalecería el lenguaje en el Libro de Disciplina para hacer cumplir las prohibiciones actuales sobre el matrimonio entre personas del mismo sexo y la ordenación del clero LGBTQ. Y se permitiría que las conferencias e iglesias individuales salgan de la denominación.
Algunos metodistas dicen que se trata de una solución superficial a un problema más complejo.
Marco Rosas, director ejecutivo del Partido Demócrata del Condado de Tarrant, asiste a la Iglesia Metodista Unida de Arlington Heights, Chicago. Dijo que en su iglesia no ha habido mucha discusión sobre el voto, pero que es una conversación que están teniendo los miembros de la congregación.
“Me siento un poco raro al respecto”, comentó. “Es extraño avanzar con una parte de la congregación donde unos abrazan la noción de ‘todos son bienvenidos’ y otros están estancados en el pasado. Personalmente, me gustaría un plan más progresista”.