Agentes federales de inmigración allanaron el miércoles siete plantas procesadoras de pollo en Mississippi y arrestaron a 680 empleados, en su mayoría latinos, en la operación más grande de su tipo en al menos una década.
Las redadas, planeadas hace meses, se llevaron a cabo apenas horas antes de la visita del presidente Donald Trump a El Paso, Texas, la ciudad fronteriza de mayoría latina en donde un hombre relacionado con un manifiesto publicado en internet sobre una “invasión hispana” está acusado de matar a 22 personas.
Alrededor de 600 agentes del Servicio de Control de Inmigración y Aduanas (ICE por sus iniciales en inglés) ingresaron a las plantas operadas por cinco compañías y establecieron un perímetro para evitar que los empleados huyeran del lugar.
En Morton, ubicada unos 65 kilómetros (40 millas) al este de la capital Jackson, los trabajadores arrestados fueron suficientes para llenar tres autobuses — dos de hombres y uno de mujeres — en la planta de Koch Foods Inc.
Las personas arrestadas fueron trasladadas a un hangar militar para ser procesadas por violaciones migratorias. Alrededor de 70 familiares, amigos y residentes los despidieron entre gritos de: “¡Déjenlos ir! ¡Déjenlos ir!”. Poco después llegaron dos autobuses más.
Un niño de 13 años de padres guatemaltecos no pudo contener el llanto mientras se despedía de su madre, empleada en Koch. Algunos de los trabajadores intentaron huir a pie, pero fueron capturados en el estacionamiento.
Domingo Candelaria fue uno de los trabajadores que pudieron demostrar que estaban legalmente en el país, por lo que se les permitió salir de la planta una vez que los agentes inspeccionaron los maleteros de sus vehículos.
“Fue una situación muy triste allá adentro”, dijo Candelaria.
Mississippi es el quinto mayor productor de pollo del estado y la complicada labor dentro de las plantas es realizada principalmente por inmigrantes latinos dispuestos a aceptar cualquier empleo. Las plantas procesadoras de pollo dominan las economías de Morton y otros poblados al este de Jackson.
Koch, con sede en Park Ridge, Illinois, es uno de los principales productores de pollo del país, y cuenta con operaciones en Mississippi y otros cinco estados. La compañía no respondió a llamadas telefónicas y correos electrónicos en busca de comentarios.
Matthew Albence, director interino del ICE, dijo a The Associated Press el miércoles durante una entrevista en Pearl, a poca distancia de la planta de Koch, que las redadas podrían ser las mayores de la historia en un lugar de trabajo en un solo estado. Al preguntarle sobre las redadas que coincidieron con la visita del presidente a El Paso, Albence dijo: “Esta es una operación a largo plazo que se ha estado realizando”. Dijo que los operativos tienen una “neutralidad racial” y se basan en evidencia de residencia ilegal.
Los empleadores podrían ser acusados de contratar a sabiendas a empleados que están ilegalmente en el país y serán auditados en busca de fraude fiscal, de documentos y salarial, comentó Albence.
Bill Chandler, director ejecutivo de Mississippi Immigrant Rights Alliance, dijo que las “terribles” redadas “son un nuevo intento de desterrar a los latinos de Mississippi” y culpó a Trump por avivar el racismo con sus comentarios incendiarios sobre los inmigrantes.
“Esto es lo mismo que está haciendo Trump en la frontera con la Patrulla Fronteriza”, declaró, en referencia a las reforzadas medidas por combatir el ingreso de inmigrantes a Estados Unidos.
Los enormes operativos migratorios eran habituales durante el gobierno del presidente George W. Bush, incluyendo uno en una planta empacadora de carne kosher en Postville, Iowa, en 2008, que resultó en el arresto de cerca de 400 personas. El presidente Barack Obama los evitó y limitó las labores migratorias en lugares de trabajo a auditorías.