El Departamento de Policía de Nueva York busca a Frank James, un hombre de 62 años a quien define como “persona de interés” al estar relacionado con el tiroteo que dejó ayer 29 heridos en una concurrida estación del Metro de Brooklyn.
El pistolero fue descrito por varios testigos como un hombre de raza negra, de alrededor de un metro y 67 centímetros, que salió huyendo de la escena con una máscara de gas y un chaleco de construcción color naranja. El Departamento de Policía ha anunciado una recompensa de hasta 50 000 dólares para quien proporcione información sobre su paradero.
Según las autoridades, los agentes han identificado a James luego de encontrar en el lugar una tarjeta de crédito a su nombre con la que fue alquilada una furgoneta de la empresa U-Haul. Fue localizzada poco después en las inmediaciones de la estación.
En los sucesos del martes, el atacante detonó dos bombas de humo antes de disparar. Las autoridades afirman que lo hizo 33 veces con una pistola Glock 17, de 99 mm.
El tiroteo ocurrió antes de las 8:30 a.m. en un tren N con destino a Manhattan en el vecindario Sunset Park de Brooklyn, dijo el comisionado de policía Keechant Sewell en conferencia de prensa.
Los bomberos respondieron a una llamada sobre humo en la estación de metro en 36th. Street y 4th. Avenue. Los equipos encontraron a las víctimas del tiroteo y varios “dispositivos sin detonar”, según un comunicado del Departamento de Bomberos de la ciudad.
La Autoridad de Transporte Metropolitano anunció el otoño pasado que había colocado cámaras de seguridad en las 472 estaciones de metro de Nueva York diciendo que pondrían a los delincuentes en una “vía rápida hacia la justicia’”.
Pero el alcalde Eric Adams refirió que había “algún tipo de mal funcionamiento con el sistema de cámaras” en la estación del Metro.
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Los investigadores creen que el arma del pistolero se atascó, lo que impidió que siguiera disparando y la Oficina Federal de Alcohol, Tabaco, Armas de Fuego y Explosivos completó un rastreo urgente para identificar al fabricante, vendedor y propietario inicial del arma.
El ataque inquietó a una ciudad ya marcada por el aumento de la violencia armada y la amenaza del terrorismo. Dejó nerviosos a algunos neoyorquinos que viajan en el sistema de metro más concurrido del país, y llevó a los funcionarios a aumentar la vigilancia en los centros de transporte desde Filadelfia a San Francisco.