Los republicanos se opusieron en bloque contra el proyecto demócrata de un plan de rescate de la COVID-19 por 1.900 millones de dólares, mientras se aguardaba una decisión del árbitro del Senado sobre la interpretación de las normas vigentes que podría impulsar o posiblemente eliminar una cláusula que eleva el salario mínimo federal.
A pesar de su mínima mayoría en las cámaras, los líderes demócratas se disponían a hacer aprobar el paquete en la Cámara baja el viernes. Esperan que el Senado, que probablemente introducirá cambios, actúe con suficiente rapidez como para presentar la iniciativa de ley al presidente Joe Biden para que la firme y a promulgue a mediados de marzo.
Ayer miércoles ni un solo legislador republicano había expresado su respaldo al proyecto. Los líderes del partido opositor preparaban sus ataques al paquete, que consideran eliminará empleos y no servirá para reabrir las escuelas o negocios cerrados debido a la pandemia.
“No he visto hasta ahora un solo republicano que haya encontrado ahí algo con lo que está de acuerdo”, dijo el líder de la minoría en la cámara baja, Kevin McCarthy. “Creo que todos los republicanos creen en tres cosas sencillas: quieren un proyecto que nos devuelva al trabajo, la escuela y la salud. Este proyecto es demasiado costoso, demasiado corrupto y demasiado izquierdista”.
El endurecimiento de la oposición indica que la primera gran iniciativa legislativa de Biden chocará con una oposición republicana unánime. Es un contrapunto al estribillo del presidente durante la campaña de que uniría al país y una reedición del muro republicano con el que se encontró el presidente Barack Obama a partir de 2009 y durante sus ocho años de gobierno.
Sin dar señales de ceder, los demócratas dijeron que la legislación ayudaría a la gente, los negocios y los gobiernos, tanto estatales como locales.
“Si los legisladores republicanos quieren oponerse a todo eso, mi respuesta es, buena suerte”, dijo el líder de la mayoría en el Senado, Chuck Schumer, en el recinto.
Lo único que estaba en suspenso era una decisión de Elizabeth McDonough, la árbitro apartidista de las normas, que podría tener consecuencias políticas y legislativas.
El proyecto de rescate incluye una cláusula de elevar gradualmente el salario mínimo federal a 15 dólares por hora a lo largo de cinco años. El arbitraje es necesario porque los demócratas impulsan la medida bajo normas especiales que permiten evitar la regla de que un proyecto de ley requiere la aprobación de 60 senadores en lugar de una simple mayoría.
Las mismas normas prohíben las cláusulas de impacto “incidental” en el presupuesto federal porque estas obedecen a otros propósitos. El árbitro decide si una cláusula pasa esa prueba.
Dada la sólida oposición republicana al aumento del salario mínimo, este solo puede sobrevivir si está incluido en un proyecto que no requiere 60 votos, algo imposible para los demócratas en un Senado dividido 50-50.