La nueva y polémica política migratoria impulsada por el gobierno de Donald Trump de separar a los padres inmigrantes de sus hijos a su llegada a Estados Unidos está empezando a dividir a los republicanos y a sus aliados mientras los demócratas aumentan la presión.
La ex primera dama Laura Bush calificó la medida de “cruel” e “inmoral”, la senadora republicana Susan Collins expresó su preocupación al respecto y un ex asesor de Trump señaló que creía que el asunto perjudicará al presidente en algún momento. Grupos religiosos, incluyendo algunos conservadores, protestaron contra la iniciativa.
La señora Bush hizo los más fuertes comentarios sobre la política hasta ahora, desde el punto de vista republicano.
“Vivo en un estado fronterizo. Aprecio la necesidad de reforzar y proteger nuestras fronteras internacionales, pero esta política de ‘cero tolerancia’ es cruel. Es inmoral. Y rompe mi corazón”, escribió la ex primera dama en una columna para el Washington Post, publicada el domingo. Comparó la política con la reclusión de los japoneses-estadounidenses durante la Segunda Guerra Mundial, a lo que se refirió como “uno de los capítulos más vergonzosos de la historia de Estados Unidos”.
La senadora republicana Susan Collins, de Maine, dijo que está a favor de una seguridad fronteriza más estricta, pero expresó su preocupación sobre la política de separación de menores.
“Lo que el gobierno ha decidido hacer es separar a los niños de sus padres para tratar de enviar un mensaje de que si cruzan la frontera con sus hijos, ellos son los que serán separados de ustedes”, indicó. “Eso es una experiencia traumatizante para los menores, quienes son víctimas inocentes, y va en contra de los valores de este país”.
El ex asesor de Trump Anthony Scaramucci dijo durante una entrevista el fin de semana que la separación de los menores podría perjudicar al mandatario. Señaló que el presidente “debe arreglar este problema inmediatamente”.
“Este es un fusible que se ha encendido”, indicó. “El presidente va a salir perjudicado por este problema si se queda por mucho tiempo”.
Indicios de la fragmentación del apoyo del Partido Republicano se produjeron luego de que el reverendo Franklin Graham, aliado de Trump, calificó la política migratoria como “vergonzosa”. Varios grupos religiosos, incluidos algunos conservadores, han intentado frenar la práctica de separar a los niños de sus padres.
La presión sobre la medida migratoria va en aumento mientras funcionarios de la Casa Blanca intentan distanciarse de ella. Trump culpa erróneamente a los demócratas de la situación. El gobierno implementó la norma y podría revocarla con facilidad luego de que provocó un repunte en los casos de separaciones familiares.
AP / OnCuba