Se sabe que el presidente Donald Trump y los suyos van a pasar la Navidades y el fin de año en Mar-a-Lago, su club privado en el sur de Florida, el sitio que es, desde hace unos meses, su residencia oficial. Pero ha crecido la duda sobre si después del Año Nuevo volverán a Washington DC.
El mandatario está enfrascado en una campaña en contra de su sucesor, el demócrata Joe Biden, a punto de planear no ir a la ceremonia de toma de posesión y crear una actividad alternativa, como el lanzamiento de su propia campaña a la presidencia para el año 2024.
Perdido el interés en la lucha por la presidencia, convencido ya al parecer –y a regañadientes– de que perdió las elecciones, Trump persigue reactivar sus bases y crear las condiciones políticas para regresar a la Casa Blanca dentro de cuatro años.
Varias fuentes en Mar-a-Lago y en Washington indicaron que no hay nada actualmente en el calendario para que la pareja presidencial permanezca en Florida después de Año Nuevo. Trump había planeado originalmente visitar Mar-a-Lago durante el Día de Acción de Gracias, pero canceló el viaje porque sus habitaciones privadas estaban siendo renovadas como anticipación a su mudanza permanente allí después de que concluya su administración.
“El presidente regresa a Washington y cumplirá sus obligaciones hasta el último día”, dijo a OnCuba una fuente de la Casa Blanca. Pero en un momento en el que Trump se ha consumido por impugnar los resultados de una elección que perdió, el personal de su entorno reconoce que el presidente no ha dado muchas señales sobre cuáles serán sus planes una vez que el Colegio Electoral confirme la victoria de Joe Biden el 14 de diciembre.
“El presidente sabe que después del 14 de diciembre la cosa será difícil para él, porque la mayoría de los líderes mundiales han dicho o dado a entender que tan pronto Biden sea confirmado lo reconocerán de inmediato y a partir de entonces Trump quedará solof si es que alguna vez ha estado acompañado”, dijo a OnCuba Mike Woolf, analista de la escuela de ciencias políticas de la Universidad de Georgetown.
Esta sería una de las razones por las cuales Trump no vería necesaria su presencia en la capital de la nación hasta el final de su mandato. La duda ahora es: ¿qué hará el vicepresidente?
“Es una buena pregunta, teniendo en cuenta que el vicepresidente no tiene gran experiencia de gobierno. Si algo pasó en estos cuatro años es que Mike Pence no participó en la toma de decisiones. Trump lo decidió todo. La cuestión es si vamos a llegar a un punto en que tanto el presidente como el vicepresidente van a estar fuera de la Casa Blanca al mismo tiempo más de un par de días”, agregó el analista.
Trump, sin agenda pública y obsesionado con el “fraude” en Twitter
Este lunes, Trump no quiso decir si todavía está tratando de cambiar el resultado de las elecciones de 2020 con sus batallas legales en curso, pero no se retractó de sus afirmaciones sobre el supuesto fraude electoral.
“Creo que el caso ya se hizo si miras las encuestas”, dijo Trump, sin indicar cuáles. “Fue una elección amañada”. Y de nuevo se lanzó a una serie de afirmaciones infundadas sobre el presunto fraude, y afirmó que las elecciones en Estados Unidos eran “como un país del tercer mundo”.
Según la cadena CNN, algunos ayudantes han tratado de sugerirle al presidente que comience a tratar de identificar y ejecutar las prioridades de fin de período, pero él permanece intensamente concentrado en los resultados de las elecciones, incluso cuando las agencias y departamentos de la rama ejecutiva se apresuran a finalizar una serie de procesos normativos.
Sus colaboradores también han alentado a Trump a realizar el tradicional traspaso de poder, creyendo que preservaría mejor su marca en el futuro. Pero el presidente ha minimizado en privado la idea de dar la bienvenida a Biden a la Casa Blanca, diciendo que no cree que eso suponga una diferencia para sus seguidores.