El presidente Donald Trump abandonó apresuradamente el miércoles las negociaciones con líderes del Congreso –y poco después tuiteó “les dije adiós”–, por lo que las negociaciones para poner fin a un cierre parcial del gobierno de 19 días entraron en una fase más compleja ante las exigencias del mandatario de recibir miles de millones de dólares para la construcción de un muro en la frontera con México.
En una sesión de negociaciones que terminó casi tan pronto como empezó, los demócratas acudieron a la Casa Blanca para pedirle a Trump que reactivara el gobierno. El mandatario reiteró su solicitud de fondos para cumplir con la promesa central de su campaña –el muro– y fue rechazado.
“Les dije adiós, (sin el muro) nada funciona!”, escribió el mandatario.
Just left a meeting with Chuck and Nancy, a total waste of time. I asked what is going to happen in 30 days if I quickly open things up, are you going to approve Border Security which includes a Wall or Steel Barrier? Nancy said, NO. I said bye-bye, nothing else works!
— Donald J. Trump (@realDonaldTrump) January 9, 2019
Demócratas y republicanos dieron versiones distintas del breve intercambio, pero el resultado fue claro: el cierre parcial continúa sin un final a la vista.
Cientos de miles de trabajadores federales no recibirán su salario el viernes, y poco más de la mitad de ellos continúan trabajando sin poder cobrar. Otros servicios federales cruciales están suspendidos, incluyendo algunas inspecciones alimenticias. Y mientras que algunos legisladores expresaron su incomodidad con las crecientes consecuencias del estancamiento, el miércoles quedó claro que todo gira en torno al muro.
Trump reiteró su amenaza de intentar eludir al Congreso y declarar una emergencia nacional, lo que activaría la asignación de fondos del Departamento de Defensa para la construcción del muro. El jueves visitará la frontera para resaltar la “crisis” que hay allí, según declaró en un discurso el martes desde la Casa Blanca. Los demócratas afirman que el mandatario está fabricando la emergencia para justificar su maniobra política.
Dicho debate sentó las bases del encuentro del miércoles en la Casa Blanca.
Los republicanos dijeron que Trump le preguntó directamente a Nancy Pelosi, la presidenta de la Cámara de Representantes, que, si él reactivara el gobierno, ¿ella financiaría el muro?, a lo que Pelosi respondió que no. Acto seguido Trump dio un manotazo en la mesa, declaró “entonces no tenemos nada que hablar” y salió del lugar, según señaló el líder demócrata en el Senado, Chuck Schumer.
Los republicanos indicaron que el mandatario, quien repartió caramelos antes de comenzar la sesión, no levantó la voz ni azotó el escritorio. Pelosi afirmó que Trump “salió dando pisotones” de la sala y se mostró “petulante”. Los republicanos dijeron que simplemente fue firme.
“El presidente dejó en claro hoy que se mantendrá firme a fin de lograr sus prioridades de construir un muro –una barrera de acero– en la frontera sur”, dijo el vicepresidente Mike Pence a los reporteros poco después.
Al reunirse con los líderes del Congreso, Trump acababa de regresar del Capitolio, donde exhortó a los nerviosos legisladores republicanos a mantenerse firmemente a su lado. Insinuó que un acuerdo para la construcción del muro fronterizo estaría cerca, pero también señaló que el cierre durará “lo que sea necesario”.
Trump amenaza con cerrar “meses e incluso años” el gobierno federal
Trump aventuró la posibilidad de que se logre una amplia solución negociada con los demócratas para proteger a algunos inmigrantes de ser deportados, pero no proporcionó una estrategia clara ni un cronograma para resolver el estancamiento, de acuerdo con senadores presentes en la sesión privada.
Salió del almuerzo con los republicanos jactándose de que el partido está “muy, muy unido”, pero los senadores republicanos han expresado públicamente sus inquietudes mientras el cierre parcial del gobierno afecta la vida de los estadounidenses y perturba la economía.
Trump insistió en la Casa Blanca: “No quería esta pelea”. Pero fue su rechazo repentino a una propuesta presupuestaria bipartidista a finales del mes pasado la que tomó por sorpresa a los líderes del Congreso, entre ellos a aliados republicanos, que ahora buscan una solución al cierre del gobierno.
Los efectos están creciendo. La Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA, por sus iniciales en inglés) informó que no está realizando inspecciones alimentarias de rutina a causa del cierre parcial del gobierno, pero prevé que las inspecciones a los alimentos más riesgosos se retomen la próxima semana.
La agencia indicó que trabaja para traer de vuelta a unos 150 empleados con el fin de que examinen alimentos potencialmente peligrosos como queso, alimento para bebés y verduras. Sin embargo, el comisionado de la FDA, Scott Gottlieb, dijo que la agencia no puede justificar que sea necesaria “una inspección de rutina a la fábrica de galletas Nabisco” durante el cierre de gobierno.