El presidente Donald Trump llegó a la Casa Blanca con promesas de producir un cambio conservador en la Corte Suprema, pero este año y el pasado, pese a que tiene dos jueces seleccionados por él mismo, la Corte mostró que no va a fallar automáticamente a favor del presidente y sus políticas. Esto ha causado la ira del presidente y lo ha hecho lanzar una ofensiva contra la Corte en momentos en que busca una ventaja política antes de las elecciones de noviembre.
En las últimas semanas, la Corte ha pronunciado las decisiones más importantes de su mandato y Trump se ha topado con derrotas crecientes y apenas unas pocas victorias.
Sus derrotas más prominentes comenzaron a mediados de junio. Primero, el máximo tribunal falló que una histórica ley de derechos civiles protege a gays, lesbianas y transgéneros de discriminación laboral. Después dictaminó que la administración Trump había actuado de manera inapropiada al suspender el programa DACA, que protege de la deportación a unos 650.000 jóvenes inmigrantes.
Finalmente, la Corte rechazó ayer jueves los argumentos de los abogados del presidente y del Departamento de Justicia en el sentido de que Trump es absolutamente inmune de investigación mientras ocupe el cargo o que un fiscal debe mostrar una causa mayor que una simple necesidad de obtener los documentos.
Pese a que la Casa Blanca cantó victoria, Trump estaba furioso, despotricando en Twitter a la Corte Suprema y describiendo sus decisiones como parte de un patrón de “hostigamiento político”.
El rechazo de la Corte a los argumentos de Trump sobre el poder ejecutivo se compensó de alguna manera con el impacto práctico de la decisión del tribunal de remitir los casos a cortes menores, virtualmente asegurando que no habrá revelaciones potencialmente vergonzosas de los documentos financieros antes de las elecciones de noviembre.
Courts in the past have given “broad deference”. BUT NOT ME!
— Donald J. Trump (@realDonaldTrump) July 9, 2020
“Antes, las cortes han dado una amplia deferencia’. ¡PERO NO A MÍ!”, tuiteó. Y: “Ahora la Corte Suprema emite un fallo demorado que nunca había emitido… contra ningún otro presidente!”.
The Supreme Court sends case back to Lower Court, arguments to continue. This is all a political prosecution. I won the Mueller Witch Hunt, and others, and now I have to keep fighting in a politically corrupt New York. Not fair to this Presidency or Administration!
— Donald J. Trump (@realDonaldTrump) July 9, 2020
Siguió con un llamado a sus partidarios, insinuando quizás un futuro tema de campaña: “Estas decisiones horribles y políticamente motivadas de la Corte Suprema son disparos de escopeta a los rostros de quienes se llaman orgullosamente republicanos y conservadores. Necesitamos más jueces o perderemos la 2da. enmienda (derecho a poseer armas de fuego) y todo lo demás. Voten Trump 2020”.
Hace cuatro años, estaba claro que el nuevo presidente cubriría con alguno de sus elegidos la vacante dejada en el máximo tribunal por la muerte del conservador Antonin Scalia, junto con la negativa del Senado, controlado por los republicanos, a realizar audiencias de confirmación para el nominado del presidente Barack Obama, Merrick Garland. Para apaciguar a los conservadores, Trump dio el paso sin precedentes de dar a conocer una lista de jueces que él dijo iba a seleccionar si era electo.
Seleccionó a los jueces conservadores Neil Gorsuch y Brett Kavanaugh para cubrir las vacantes dejadas por Scalia y Anthony Kennedy, quien se retiró en 2018. Su selección, sin embargo, no ha significado victorias automáticas para Trump en la Corte, que tiene una mayoría conservadora de 5-4. El fallo de DACA fue 5-4, con el presidente del tribunal John Roberts sumándose a los liberales. En el fallo sobre LGBT, Gorsuch se unió a Roberts y los liberales para un fallo de 6-3 contra el gobierno de Trump.
El jueves, Gorsuch y Kavanaugh se sumaron a la mayoría en ambas causas, junto con Roberts y los jueces liberales. Robert escribió ambas opiniones.
“Los jueces no fallaron contra él. De hecho, la opinión unánime fue que esto tiene que regresar a la Corte de distrito. Ellos incluso reconocieron que el presidente tiene un arsenal amplio de argumentos que puede presentar”, dijo la vocera de la Casa Blanca Kayleigh McEnany. Pero reconoció que Trump “discrepa con el punto expresado por la mayoría sobre la inmunidad absoluta”.
Trump ha tenido resultados mixtos en términos previos. En 2018, los jueces conservadores de la Corte ratificaron la prohibición de viajes decretada por Trump. El año pasado, el voto de Robert junto con los liberales impidió que la administración incluyera la controversial pregunta sobre ciudadanía en el Censo de 2020.
Esas derrotas se debieron, en parte, a las estrategias legales empleadas por los abogados de Trump y su administración en su afán de cambios rápidos y el empleo de lo que expertos llamaron argumentos débiles. Pero en un esfuerzo por establecer un contraste con el candidato demócrata Joe Biden y avivar el entusiasmo de los conservadores sociales, Trump está usando sus derrotas para argumentar que su trabajo para cambiar la Corte apenas empieza.
Tras claros fracasos en los casos de DACA y LGBT, prometió dar a conocer una nueva lista de jueces conservadores de la que escogería si ocurre una nueva vacante.
Elizabeth Wydra, presidenta del Constitutional Accountability Center, una organización liberal, dijo que los candidatos presidenciales de ambos partidos deberían incluir en sus campañas las nominaciones judiciales, sobre todo porque mientras que un presidente dura cuatro u ocho años, los jueces ocupan la posición durante décadas. Apuntó que las nominaciones judiciales tomaron una importancia singular en la campaña de Trump en 2016 porque los votantes republicanos estaban incómodos con otros aspectos de su candidatura.
“Los votantes republicanos se han centrado en las cortes, probablemente más que los demócratas. Creo que eso podría comenzar a cambiar”, afirmó.
Hace meses, Biden insinuó una promesa respecto a la Corte Suprema, diciendo que se sentiría “honrado de poder nombrar a una mujer negra” para la Corte.
Associated Press/OnCuba.