Es una pareja dispareja: Una reina de 93 años que ha insistido en mantener sus opiniones en privado durante su largo reinado va a recibir a un presidente de 72 años, que fue una estrella televisiva de reality y ahora tuitea a diario lo que piensa sin pelos en la lengua y tiene 60 millones de seguidores.
Para la reina Isabel II, serena monarca de Gran Bretaña, la llegada del presidente Donald Trump, su familia y su equipo de seguridad el lunes significa un día completo de ceremonias y brindis que culminarán con un sendo banquete en el Palacio de Buckingham.
Pero a pesar de toda la pompa y ceremonia, abundan las diferencias entre ellos.
El lunes por la tarde el príncipe Carlos y su esposa Camila recibirán a Trump y la primera dama Melania Trump para un té formal, lo cual juntará a un futuro rey que ha advertido durante años sobre los peligros del cambio climático y a un presidente que está desmantelando activamente las políticas estadounidenses diseñadas para combatir el calentamiento global.
En el aspecto político, Trump se reunirá el martes con la primera ministra Theresa May días después de que ella renunció como líder del Partido Conservador, desencadenando una contienda para reemplazarla como premier.
Trump dice ser amigo de May, pero la ha criticado duramente por la manera cómo Gran Bretaña ha llevado las negociaciones del Brexit con la Unión Europea. Trump se ha alineado con el ex secretario británico de Exteriores Boris Johnson, crítico de May que espera sucederla en el poder, y el líder del Partido Brexit Nigel Farage, quien acusa a May de incompetencia y traición.
El presidente estadounidense siguió interfiriendo con la política británica el domingo, cuando dijo al Sunday Times que Gran Bretaña debería “abandonar” las negociaciones del Brexit y rehusarse a hacer el pago de separación de 39.000 millones de libras esterlinas (49.000 millones de dólares) si no recibe mejores concesiones de la UE. También dijo que Farage debería de ser parte de las negociaciones del Brexit.