El presunto manejo inapropiado de los registros de la Casa Blanca por parte del ex presidente Donald Trump mientras estaba en el cargo, y después de que se fue a Florida, ha provocado una nueva discusión acerca de si incumplió la ley federal y, si lo hizo, si se le puede responsabilizar por eso.
La ley que rige las responsabilidades del mantenimiento de registros de los presidentes es la Ley de Registros Presidenciales, promulgada en 1978. Exige que todos los memorandos, cartas, correos electrónicos y otros documentos relacionados con las funciones del presidente se conserven y entreguen a la Administración Nacional de Archivos y Registros.
Pero los Archivos revelaron recientemente que Trump rompió documentos mientras estaba en el cargo. Algunos fueron reconstruidos por funcionarios de gestión de registros de la Casa Blanca. También dijeron que se llevó consigo más de una docena de cajas de artículos y cartas a su residencia de Mar-a-Lago, Florida, después de dejar el cargo el año pasado.
Las cajas fueron recuperadas por los Archivos el mes pasado, dijo la agencia.
Anne Weismann, abogada que representó a grupos de vigilancia que demandaron a Trump por violaciones de la Ley de Registros Presidenciales, dijo que el ex presidente “claramente violó” la Ley de Registros Presidenciales de “múltiples formas”, incluso rompiendo registros. Pero “el verdadero problema es que no hay absolutamente ningún mecanismo de aplicación en la Ley de Registro Presidencial y no hay ninguna disposición de aplicación administrativa”, dijo.
Sin embargo, Weismann identificó dos leyes penales que Trump pudo haber violado al destruir los registros de la Casa Blanca. La primera establece que cualquier persona que “intencionalmente hiera o cometa cualquier depredación contra cualquier propiedad de Estados Unidos” enfrenta una multa o hasta un año de prisión si es declarada culpable.
La segunda establece que cualquiera que “deliberada e ilegalmente oculte, sustraiga, mutile, borre o destruya cualquier registro, procedimiento, mapa, libro, papel, documento u otra cosa, archivado o depositado… en cualquier oficina pública” está sujeto a una multa o hasta tres años de prisión si es condenado. “Ignorar la ley no es excusa en este caso en particular, sería un argumento muy difícil de presentar cuando tenemos la evidencia de que sus jefes de gabinete y su abogado le decían: ‘Deje de hacer esas cosas, usted está rompiendo estos registros'”, dijo Kel McClanahan, director ejecutivo de los Consejeros de Seguridad Nacional.
McClanahan se refería a un informe del Washington Post indicando que dos de los ex jefes de gabinete de Trump, Reince Priebus y John Kelly, y el exasesor de la Casa Blanca, Don McGahn, le advirtieron sobre la Ley de Registros Presidenciales. “¿Sabría un presidente razonable que dos jefes de gabinete y un abogado general probablemente tengan razón sobre el estatuto? Este sería un caso bastante sencillo”, dijo. Si no se responsabiliza a Trump por violar las leyes federales que rigen la custodia de registros, Weismann advirtió que otros presidentes podrían estar menos dispuestos a cumplir. “Definitivamente, está enviando un mensaje de que estas responsabilidades presidenciales de mantener los registros no son muy importantes y se pueden ignorar con impunidad”, dijo.
Al abordar el valor histórico de mantener los documentos presidenciales, Weismann señaló notas y garabatos del ex presidente John F. Kennedy durante la crisis de los misiles en Cuba en 1962. Los garabatos fueron recopilados por su secretaria, conservados y presentados en una exhibición de 2012 en el Edificio de Archivos Nacionales para ayudar a marcar el período en que el mundo se tambaleaba al borde de la guerra termonuclear.
“El punto central de la Ley de Registros Presidenciales consiste en decir ‘esta es nuestra historia, esto pertenece al público estadounidense y usted, el presidente, es un guardián de sus registros mientras esté en el cargo’”, dijo. “Se supone que debes crearlos, preservarlos y, cuando dejas el cargo, van a la gente. Estamos perdiendo parte de nuestra historia”.
Los Archivos Nacionales confirmaron que algunos de los documentos que recibió de la Casa Blanca de Trump al final de su administración habían sido rotos por el ex presidente y reconstruidos por funcionarios de gestión de registros. La agencia también reconoció que había recuperado 15 cajas de Mar-a-Lago con registros presidenciales
The Washington Post informó que entre los documentos y artículos guardados en esas cajas había cartas cruzadas entre Trump y el líder norcoreano Kim Jong Un y una carta que el expresidente Barack Obama había dejado para su sucesor.