Las alarmantes cifras de la pandemia de coronavirus en EE.UU. han hecho que el presidente Donald Trump cambie su discurso inicial sobre la enfermedad y aumente las recomendaciones y medidas para intentar frenar su creciente expansión en el país. Pero, ni aun en estas circunstancias, Trump deja de ser Trump.
El mandatario anunció este viernes nuevas directrices federales que recomiendan que los estadounidenses utilicen algún tipo de mascarilla cuando estén en público para ayudar a combatir la propagación de la Covid-19. Sin embargo, de inmediato aclaró que él no tenía intención de seguir el consejo porque “opto por no hacerlo”.
Las nuevas directrices de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades instan a las personas, sobre todo en las áreas más afectadas, a cubrirse el rostro con camisetas, pañuelos y mascarillas no médicas mientras están al exterior.
Pero el presidente se exentó de las propias recomendaciones de su gobierno porque dijo que no podía imaginarse con la cara cubierta mientras está sentado en la Oficina Oval recibiendo a líderes mundiales.
“Es una recomendación, ellos la recomiendan”, comentó Trump. “Simplemente no quiero usar una yo”.
La nueva directriz, anunciada en un momento en que los estados se preparan para una severa escasez de equipo médico como la que se ha experimentado en otras partes del mundo, genera temores de que podría provocar que se agoten las mascarillas en el sector privado.
Trump y otros funcionarios intentaron reducir cualquier presión al enfatizar que las recomendaciones no eran un requisito y que muchas mascarillas caseras eran perfectamente aceptables. Funcionarios federales enfatizaron que las mascarillas quirúrgicas y las N95 –cuya exportación el presidente planea prohibir– deberían guardarse para aquellos que están en la línea de frente en la lucha contra la propagación de la enfermedad.
El anunció del viernes coronó una evolución de los mensajes de la Casa Blanca que los funcionarios reconocieron que en ocasiones ha sido confusa.
Al elaborar las recomendaciones, el gobierno parece tratar de equilibrar las preocupaciones políticas de querer preservar la mayor normalidad posible con las preocupaciones de salud pública de que algunas infecciones son causadas por personas que parecen estar saludables, lo que podría infectar zonas que hasta ahora se han mantenido en gran medida libres del brote.
Más de un millón de personas contaminadas con coronavirus en el mundo
La doctora Deborah Birx, coordinadora de la comisión para el coronavirus, dijo a la prensa que la Casa Blanca temía que la recomendación de usar protección facial creara una “sensación falsa de seguridad” en la gente y que como resultado no acate la norma de mantener la sana distancia en la medida necesaria para minimizar los contagios.
También este viernes entraron en vigor nuevas medidas para proteger al presidente y al vicepresidente del contagio con la Covid-19. A partir de ayer, cualquier persona que previsiblemente estará en “estrecha proximidad” con Trump o el vice Mike Pence recibirá un test rápido “para evaluar el estatus de portador presintomático o asintomático con el fin de limitar la transmisión inadvertida”, dijo el vocero Judd Deere.
Hasta el presente se tomaba la temperatura a todos los que ingresaban a la mansión presidencial y si preveían entrar en contacto con el presidente y el vicepresidente.
Trump se sometió a la prueba el jueves y los resultados se conocieron en 15 minutos. Dio negativo, dijo el médico de la Casa Blanca.
En Estados Unidos, considerado actualmente el epicentro de la pandemia, la cifra de infectados supera los 290 mil, en tanto más de 7.500 personas han fallecido y más de 14 mil se han recuperado. A nivel mundial, ya son más de 1.160.000 los casos confirmados, más de 62 mil los fallecidos y más de 241 mil los recuperados.
En la mayoría de la gente, el nuevo coronavirus provoca síntomas leves o moderados que desaparecen en de dos a tres semanas. En algunas personas, sobre todos en adultos mayores y las que padecen trastornos de salud subyacentes, puede provocar enfermedades más graves, como la neumonía, e incluso la muerte.
AP / OnCuba