Los republicanos apostaron a una “ola roja” nacional en estas elecciones de medio término. No se produjo. Pero en el condado Miami-Dade le dieron una vuelta a las victorias tradicionales de los demócratas.
Por primera vez en décadas, Miami-Dade ha votado abrumadoramente por los republicanos. En el sur de Florida, el gobernador Ron DeSantis ha sido reelecto por el 55% de los votos, cuando hace cuatro años perdió al obtener 10% menos del voto hispano.
El último republicano en ser electo gobernador con los votos de Miami-Dade fue Jeb Bush en 2002. Pero fue, en ese entonces, un caso especial al ser apadrinado por la clase política cubana en una zona donde tiene grandes amigos.
El gobernador DeSantis comenzó sus discurso de victoria precisamente agradeciendo a los electores del condado. Miami-Dade votó de manera masiva por los republicanos y se convirtió en la principal ciudad de mayoría latina controlada por ellos. Además, estas elecciones consolidaron una certeza: el sur de Florida ya es republicano y el estado ha cambiado de color. Otro dato espectacular es que cerca de 70% de la población del condado de Miami-Dade ya es de origen latino, y que de ese grupo cerca de la mitad son cubanoamericanos.
Por otro lado, los tres congresistas federales republicanos fueron reelectos: María Elvira Salazar (57.30%), Carlos Giménez (64.14%) y Mario Díaz Balart (70.07%). Los tres de origen cubano. Y el senador cubanoamericano Marco Rubio fue reelecto (54.25%). Decenas de candidatos a legisladores estatales, también de origen cubano, mantuvieron sus cargos o fueron electos por primera vez.
La ola roja en Miami-Dade no solo es republicana (por el color del partido) sino cubanoamericana.
Esto se debe, en parte, a un fenómeno curioso o al menos novedoso. Los cubanos llegados a partir de 2010, que en las primeras elecciones se lanzaron a votar por los demócratas, se han estado desplazando hacia la derecha, se han “republicanizado”. En 2012 cerca del 50% de los cubanoamericanos votaron por Barack Obama y en 2016 solo el 41% lo hizo por Hillary Clinton.
“En esto de ahora ha tenido gran influencia el expresidente Donald Trump, quien de algún modo ha cautivado al electorado joven, sin gran cultura democrática, no habituado a votar”, explica el analista Mark Eston, de la Universidad Central de Florida.
También en este ciclo electoral los demócratas no invirtieron con fuerza en el estado. “Hace dos años el presidente Joe Biden no le hizo mucho caso a Florida, ya tenía asegurada la elección y esto terminó abriendo las puertas a la derecha”, agregó.
¿Es un desvío de derecha coyuntural, nacional y atribuible a los hispanos? “Difícil de precisar. Diría que en el sur de Florida, sí. Por sus características poblacionales. Pero en el ámbito nacional más el 60% de los hispanos votó por los demócratas”, subrayó el analista.
El electorado de origen cubano del sur de Florida se distingue de varias maneras de los demás hispanos en el país. Sencillamente, no presta atención a los asuntos migratorios, no les son atractivos porque durante las últimas cinco décadas no tuvieron prácticamente problemas para asentarse en Estados Unidos. Siempre se beneficiaron por una legislación favorable, a contrapelo de otras nacionalidades latinoamericanas.